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Violencia contra las mujeres, la nueva legislación europea es un logro histórico

Legal - mayo 7, 2024

El Parlamento Europeo ha dado su aprobación final a la primera legislación de la Unión Europea para combatir la violencia de género. Se trata de un paso histórico para que los Estados miembros se unan a través de las instituciones europeas y afronten conjuntamente el triste fenómeno de la violencia contra las mujeres, superando cualquier tipo de obstáculo propagandístico o ideológico, para dar una respuesta clara y decidida a todas las formas de violencia contra las mujeres, como la violación o el acoso. También se han añadido algunas innovaciones importantes que revolucionan por completo el marco jurídico para la defensa de las víctimas de la violencia de género. La directiva, aprobada la semana pasada por 522 votos a favor, 27 en contra y 72 abstenciones, entrará en vigor 20 días después de su publicación y los Estados miembros de la UE tendrán tres años para transponerla y aplicarla.

Lo que dispone la ley

Como se anunció anteriormente, la nueva legislación contiene importantes novedades en relación con la definición de nuevos delitos: mutilación genital femenina, matrimonio forzado, intercambio no consentido de material íntimo o manipulado, acecho en línea, acoso en línea e incitación al odio o a la violencia en línea. En el ámbito del derecho penal, se establecerán entonces normas comunes a todos los Estados miembros para la definición de los delitos y sus respectivas sanciones. En cuanto al matrimonio forzado, se prevé que tenga aplicación extraterritorial, es decir, que sea punible aunque se produzca en un país distinto al de residencia. Además, se han incluido otras circunstancias agravantes, que conllevan penas más severas, como los delitos cometidos contra personalidades públicas o personas frágiles, contra periodistas o defensores de los derechos humanos, o incluso los delitos cometidos con la intención de discriminar a las víctimas por razón de su sexo, orientación sexual, etnia, religión, origen social, creencias políticas, o para restaurar el «honor» de los heridos. Por tanto, en el ámbito jurídico, es necesario garantizar que las víctimas tengan un acceso más fácil y rápido a la justicia para eliminar todos los obstáculos que impiden a las mujeres denunciar: por ejemplo, proporcionando medios en línea para presentar una denuncia. Las víctimas menores de 18 años también tendrán que recibir asistencia profesional, y si la violencia es perpetrada por un progenitor o tutor legal, los Estados tendrán que garantizar que se protege la seguridad de la víctima. Las líneas de ayuda deben estar disponibles en todo momento para proporcionar apoyo e información a las víctimas, y los estados deben proporcionar números de teléfono antiviolencia gratuitos y operativos las 24 horas del día, siete días a la semana.

El papel de la derecha europea

En el caso de la violación, se espera que los Estados miembros adopten medidas preventivas para concienciar y combatir los estereotipos que conducen a la comisión del delito. Iniciativas como las campañas de sensibilización podrían, en efecto, educar en la igualdad de género y el respeto. Sin embargo, la cuestión de la violación no estuvo exenta de polémica: a algunos países les hubiera gustado incluir la violación en el texto, convirtiéndola en un delito «comunitario». Sin embargo, estos países permanecieron siempre en posición minoritaria y tuvieron que ceder ante la voluntad de la mayoría, que optó en cambio por seguir las indicaciones del servicio jurídico del Consejo, para el que la violación sería en cambio competencia exclusiva de la legislación nacional de cada Estado miembro. En cualquier caso, incluso sin la definición de violación, la nueva legislación adoptada por el Parlamento Europeo es un paso adelante muy importante en la lucha contra la violencia doméstica y de género. En particular, la contribución de la derecha europea ha permitido evitar que el texto final se viera infiltrado por referencias a teorías de género y tendencias antivida que abordan cuestiones ideológicas alejadas del núcleo del problema, como el aborto. En conclusión, a pesar de algunas deficiencias, el texto final envía una fuerte señal de unidad de propósito en la lucha contra la lacra de la violencia contra las mujeres.