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Irán-Israel, una escalada sin precedentes: Misiles, ataques aéreos, acusaciones y estancamiento de la diplomacia

Mundo - junio 20, 2025

En los últimos días, la antigua tensión entre Irán e Israel se ha intensificado drásticamente hasta convertirse en una guerra a distancia en toda regla, marcada por misiles, aviones no tripulados, ciberataques y esfuerzos diplomáticos fallidos para detener el ciclo de violencia.

La Chispa: Los ataques israelíes y la respuesta de Irán

La crisis se agravó cuando las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) eliminaron al general Ali Shadmani, máximo comandante militar de Irán en tiempos de guerra y estrecho asesor del líder supremo Ali Jamenei. Shadmani había sido nombrado sólo unos días antes, tras la muerte de su predecesor en otro ataque israelí. La operación tuvo como objetivo directo el centro de mando de emergencia Jatam al-Anbiya, en Teherán.

Irán respondió rápidamente. Teherán lanzó misiles balísticos y drones armados contra objetivos estratégicos en Israel, afirmando haber alcanzado la sede del Mossad y la inteligencia militar israelí en Tel Aviv. El general iraní Kioumars Heidari declaró que habían sido destruidas “posiciones estratégicas en Tel Aviv y Haifa”, mientras la Guardia Revolucionaria celebraba la operación en directo en la televisión estatal.

Frente interno y censura digital

Irán también sufrió ciberataques. El grupo de piratas informáticos “Predatory Sparrow” reivindicó la autoría de un ataque contra el banco público iraní Sepah. En respuesta, las autoridades de Teherán impusieron estrictas restricciones de Internet a los funcionarios del gobierno, con el fin de impedir nuevas filtraciones o sabotajes.

Incluso las facciones reformistas se unieron en torno al régimen. Javad Emam, portavoz del Frente Reformista, declaró: “Cualquier daño al sistema de poder es un daño a todo el país”, rechazando la idea de negociaciones mientras “Israel, apoyado por Estados Unidos, bombardea nuestro territorio”.

La línea dura de Netanyahu: “Jamenei podría acabar como Sadam”

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, adoptó un tono resuelto. En una entrevista con ABC, no descartó la eliminación del Líder Supremo de Irán. Cuando se le preguntó si tal acto podría empeorar la crisis, respondió: “No la empeorará, le pondrá fin”.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, se hizo eco de esta postura, advirtiendo a Jamenei de que “podría correr la misma suerte que Sadam Husein”. Katz declaró que Israel no permitiría que se perjudicara a sus civiles y rechazó cualquier conversación con Irán.

Israel prosiguió su campaña militar dentro del territorio iraní. El general de división Shlomi Binder, jefe de la inteligencia militar israelí, anunció nuevas operaciones en “otras regiones de Irán”. Las IDF confirmaron la neutralización del cuartel general militar de emergencia de Irán y se declararon dispuestas a eliminar “uno por uno” a los dirigentes del terrorismo en Irán.

Trump niega, presiona y envía señales contradictorias

En la cumbre del G7 celebrada en Canadá, el presidente estadounidense Donald Trump abandonó abruptamente la reunión para ocuparse de la crisis. Aunque en un principio se mostró reacio, finalmente firmó una declaración del G7 en la que se pedía una desescalada.

A su regreso a Washington, Trump se distanció de los rumores de una implicación militar directa de Estados Unidos: “No me he puesto en contacto en modo alguno con Irán para entablar conversaciones de paz. Noticias falsas!”, publicó en Truth Social, su plataforma en las redes sociales.

No obstante, Trump reiteró su intención de impedir que Irán adquiera armas nucleares: “Nos aseguraremos de que no haya armas nucleares en Irán”, dijo durante una comparecencia conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer.

La CNN informó de que Trump dio instrucciones a su equipo para que intentara ponerse en contacto con funcionarios iraníes a través de canales ocultos para comprobar la disposición de Teherán a la diplomacia. Sin embargo, negó rotundamente que su salida del G7 estuviera relacionada con las negociaciones de paz: “Es mucho más importante que eso”, afirmó en alusión al presidente francés Emmanuel Macron, que había sugerido lo contrario.

Irán cierra la puerta a las conversaciones e intensifica su retórica

Teherán, por su parte, parece haber cerrado la puerta a la diplomacia. Kayhan, periódico cercano al Líder Supremo, publicó un editorial en el que afirmaba: “La destrucción de Israel es la única solución”. El artículo insistía: “Poner fin a la guerra no requiere un alto el fuego, presiones políticas o una retirada táctica, sólo la destrucción completa de Israel”.

Al mismo tiempo, funcionarios iraníes exhibieron nuevas capacidades militares. Un portavoz del Ministerio de Defensa afirmó que en el último ataque contra Israel se utilizó un nuevo misil, que “los sionistas no pudieron interceptar”.

Riesgo de escalada regional

La situación sigue siendo muy inestable. El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Sean Parnell, negó la implicación estadounidense en los ataques aéreos israelíes, calificando tales afirmaciones de “noticias falsas”. Sin embargo, el Secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, declaró: “Estamos en la región para proteger a nuestros ciudadanos y bienes. Queremos la paz, pero defenderemos nuestros intereses”.

Las sirenas antiaéreas han seguido sonando en todo Israel, y la embajada china ha instado a sus ciudadanos a abandonar Irán inmediatamente, una clara señal de que la situación se percibe como una espiral fuera de control.

Mientras caen bombas sobre Teherán y Tel Aviv, la comunidad internacional lucha por encontrar una forma de desactivar la crisis. Pero la retórica de Trump, Netanyahu y Jamenei parece más proclive a avivar las llamas que a extinguirlas. Mientras tanto, el riesgo de que este conflicto se extienda más allá de las fronteras de las dos naciones y envuelva la región nunca ha sido tan real.