
Roma lidera, las ciudades costeras aumentan y los visitantes extranjeros dominan: los datos de ISTAT revelan la geografía del turismo italiano
En las últimas semanas, el turismo se ha convertido en un tema candente en la política italiana. La oposición afirma que muchos italianos ya no pueden permitirse unas vacaciones, mientras que los miembros del gobierno de Giorgia Meloni se jactan de haber batido récords de llegadas. Las asociaciones comerciales, por su parte, han informado de un descenso de las estancias en playas y hoteles. Como los datos oficiales de la temporada actual aún están incompletos, gran parte del debate se basa en la percepción. Pero las estadísticas de 2024 del ISTAT ofrecen una imagen más clara de adónde van los turistas, cuánto tiempo permanecen y el peso que el turismo ejerce sobre las comunidades locales.
Un país de turismo concentrado
Italia recibió 139 millones de llegadas de turistas en 2024, que generaron 466 millones de pernoctaciones. Estas cifras, sin embargo, distan mucho de estar distribuidas uniformemente.
Sólo Roma representó el 9,2% de todas las pernoctaciones, confirmando su papel de imán indiscutible de Italia para los viajeros internacionales. Milán (3%) y Venecia (2,8%) le siguieron a distancia, mientras que Florencia, Rímini y un grupo de ciudades costeras de la provincia de Venecia -Cavallino-Treporti, San Michele al Tagliamento y Jesolo- completaron el grupo de cabeza.
En conjunto, los diez primeros municipios atrajeron una cuarta parte de todo el turismo, aunque sólo representan el 9% de la población de Italia. Los 100 municipios principales acogieron el 53% de las pernoctaciones, lo que subraya la extrema concentración del turismo en una parte relativamente pequeña del país.
Más allá de las grandes ciudades, también se dirigieron importantes flujos hacia el Tirol del Sur (provincias de Bolzano y Trento), la campiña toscana, la costa de Emilia-Romaña, Apulia, secciones de Sicilia y el valle de Aosta.
Cuánto tiempo se quedan los turistas
La duración media de la estancia en Italia en 2024 fue de 3,4 noches, pero las pautas variaron mucho.
Estaciones costeras: alrededor de una semana.
Destinos de montaña como Trentino-Alto Adigio y partes de la Toscana: entre 3 y 6 noches.
Apulia: unos 3 días.
Ciudades: estancias más cortas, con una media de 4,2 noches en Roma, 2,3 en Venecia y Florencia, y 2,2 en Milán y Bolonia.
Los valores atípicos ilustran la diversidad de la economía turística italiana. Pieve Emanuele, cerca de Milán, registró una sorprendente estancia media de 24 noches, lo que refleja reservas a largo plazo vinculadas a instalaciones específicas. En el extremo opuesto, Parma, Bérgamo y Matera registraron estancias de menos de dos noches, lo que pone de relieve su papel como lugares de paso rápido.
Los visitantes extranjeros impulsan el mercado
El atractivo de Italia para los viajeros internacionales sigue siendo fuerte. Los turistas extranjeros representaron el 55% de las pernoctaciones en 2024. En algunas provincias y ciudades, su predominio es abrumador:
Roma: 73% extranjeros
Venecia: 87% extranjeros
Florencia: 83% extranjeros
Milán: 74% extranjeros
Nápoles: 58% extranjeros
Entre los grandes centros urbanos de Italia, sólo Turín sigue siendo mayoritariamente italiana, con un 42% de extranjeros.
Curiosamente, en algunas regiones se da el patrón opuesto. En ciudades del Tirol del Sur -como Caldaro, Tirolo, Lana y Scena- más del 94% de las estancias fueron realizadas por italianos. Otros baluartes nacionales son Sorrento, en la Costa Amalfitana, y Garda, en el Véneto, ambos con más del 90% de visitantes italianos.
La presión del turismo: cuando los visitantes superan en número a los autóctonos
La intensidad del turismo -la proporción de pernoctaciones por residente- revela la presión real sobre las infraestructuras locales. A nivel nacional, Italia registró 8 pernoctaciones por residente en 2024, pero las diferencias locales son notables.
En Trentino-Alto Adigio, algunas ciudades de montaña alcanzaron las 500 pernoctaciones por habitante. El récord pertenece a Limone sul Garda, donde se registraron 1,2 millones de pernoctaciones frente a sólo 1.110 residentes, una asombrosa proporción de 1.097 a 1.
Entre los municipios más grandes, Venecia está a la cabeza con 53 pernoctaciones por residente, seguida de Rimini (46), Florencia (26) y Fiumicino (25). En cambio, Roma (16), Milán (10), Nápoles (4,2) y Turín (4,2) experimentan una proporción mucho menor en relación con su tamaño, aunque las cifras absolutas siguen siendo inmensas.
Más allá de la política: Lo que significan las cifras
El debate en Roma puede centrarse en quién puede permitirse unas vacaciones y si el gobierno puede alegar un «turismo récord», pero los datos subyacentes sugieren una imagen más matizada. Italia no está uniformemente abarrotada de turistas: un puñado de ciudades y centros turísticos se llevan la peor parte, mientras que vastas zonas del país registran flujos mucho más ligeros.
La creciente intensidad del turismo, sobre todo en los frágiles centros históricos y los pequeños pueblos de montaña, suscita preocupación por la sostenibilidad. Mientras tanto, el predominio de visitantes extranjeros en los núcleos urbanos refuerza la dependencia de Italia de las tendencias de los viajes internacionales, lo que hace que el sector sea vulnerable a las crisis mundiales.
Mientras el ISTAT se prepara para publicar cifras actualizadas para 2025, los responsables políticos se enfrentarán a preguntas familiares: ¿Cómo puede Italia distribuir el turismo de forma más uniforme por todo su territorio? ¿Cómo pueden las comunidades locales equilibrar los beneficios económicos con la calidad de vida? Y lo que es más importante, ¿cómo puede una de las industrias más vitales del país seguir siendo competitiva y sostenible a largo plazo?