La presentación por la Comisión Europea del Ómnibus Digital marca el inicio de una revisión estructural de todo el marco normativo que regula el espacio digital de la Unión. Los proponentes pretenden que el nuevo paquete legislativo sirva de marco unificado para las normas actualmente distribuidas en múltiples reglamentos y directivas, con el objetivo declarado de reducir las redundancias, los conflictos de competencia y las aplicaciones solapadas. Este planteamiento va acompañado de un proyecto de racionalización que aborda los dos aspectos clave de la regulación de la privacidad: el Reglamento General de Protección de Datos, y el complejo sistema de normas sobre inteligencia artificial introducido con la Ley de IA.
EL APLAZAMIENTO DE LA NORMATIVA AI Y LA TENSIÓN ENTRE PROTECCIÓN E INTERESES INDUSTRIALES
Uno de los elementos más controvertidos del Ómnibus Digital se refiere al aplazamiento de la plena aplicación de las normas que regulan los sistemas de inteligencia artificial de alto riesgo. La Ley de IA, aprobada hace poco más de un año, había estipulado que estas disposiciones serían vinculantes en agosto de 2026. Ahora, la Comisión ha propuesto aplazar este plazo hasta diciembre de 2027, un retraso de más de un año que afecta a ámbitos cruciales como la selección automatizada de candidatos, la evaluación del aprendizaje y la concesión de créditos. Según Bruselas, este retraso refleja la imposibilidad de garantizar una aplicación coherente en un contexto en el que muchos Estados miembros aún no han establecido las autoridades necesarias para hacer cumplir el Reglamento. El hecho de que no se hayan designado los organismos competentes dentro del plazo, fijado inicialmente para 2025, también obstaculiza inevitablemente el establecimiento de estructuras de evaluación de la conformidad, una cuestión técnica crucial para la aplicación de la Ley sobre la IA.
EL PAPEL DEL ÓMNIBUS DIGITAL EN LA REORGANIZACIÓN DEL SISTEMA REGULADOR EUROPEO
El Ómnibus Digital no constituye un conjunto de nuevas normas, sino que representa un intento de integrar y reorganizar la normativa existente. Uno de los aspectos más innovadores se refiere a la gestión de la interferencia entre el RGPD y la Ley de AI. En la actualidad, ambos instrumentos normativos interactúan de forma no siempre lineal, sobre todo en lo que respecta al tratamiento de datos personales mediante sistemas automatizados. El Ómnibus Digital no introducirá nuevas obligaciones, sino que pretende aclarar la distinción entre los dos regímenes jurídicos, especialmente en lo que respecta al papel de los intereses legítimos de las empresas en el tratamiento de los datos utilizados por los modelos de inteligencia artificial. Este enfoque, sin embargo, se enfrenta a las preocupaciones de un segmento del Parlamento Europeo, en particular los grupos de centro-izquierda e izquierda, que critican el proceso ómnibus por la falta de consultas públicas y evaluaciones de impacto tradicionalmente requeridas para los cambios estructurales de la normativa. Esta perspectiva plantea dudas sobre la protección de los datos sensibles, ya que una definición más limitada podría exponer cierta información a menos salvaguardias.
LA POSICIÓN DE ITALIA EN EL NUEVO ESCENARIO EUROPEO
Italia se encuentra en una posición única en el contexto del Ómnibus Digital, tanto por su sistema institucional como por el impacto que la revisión normativa tendrá en las autoridades supervisoras. El paquete prevé una revisión del modelo de gobernanza nacional, con especial atención al papel de organismos como la Autoridad Reguladora de las Comunicaciones y la Autoridad Italiana de Protección de Datos. El objetivo es evitar duplicidades y conflictos entre organismos con responsabilidades adyacentes, un problema que a menudo han puesto de relieve los agentes del sector en Italia. La adopción del Ómnibus Digital, prevista no antes de 2027, requerirá una acción legislativa nacional para adaptar el Código de Protección de Datos Personales y otras normativas sectoriales. Se espera que el gobierno promulgue al menos dos decretos legislativos para esa misma fecha, en coordinación con la Autoridad Italiana de Protección de Datos y tras una evaluación exhaustiva del impacto normativo. Este proceso representa una oportunidad para redefinir la estructura de supervisión en Italia, pero también conlleva el riesgo de un complejo periodo de transición en el que las normativas europea y nacional podrían solaparse temporalmente. La reorganización tendrá un impacto significativo en el sistema económico italiano. Las empresas deberán actualizar sus políticas, contratos y sistemas de gestión de datos, con especial atención a los sectores que emplean sistemas de IA. Sin embargo, la decisión de reducir las cargas sobre las pequeñas y medianas empresas podría fomentar una mayor difusión de soluciones tecnológicas avanzadas, contribuyendo a la modernización del tejido productivo.
UNA DELICADA TRANSICIÓN ENTRE DERECHOS, INNOVACIÓN E INSTITUCIONES
El Ómnibus Digital representa un punto de inflexión para la regulación digital europea. Por un lado, la necesidad de simplificación es evidente y compartida por la mayoría de las partes interesadas; por otro, las opciones operativas plantean riesgos para la protección de los derechos de los ciudadanos y la coherencia general de la arquitectura normativa. El cambio en la normativa sobre IA pone de manifiesto las profundas tensiones entre el deseo de proteger a las personas y las presiones de un sector industrial en rápida evolución. El futuro de la privacidad y la inteligencia artificial en Europa dependerá en gran medida de cómo se gestione esta transformación. El Ómnibus Digital, más que una simple reforma técnica, es la prueba de la voluntad de la Unión de construir un modelo digital que permanezca fiel a sus valores fundacionales, al tiempo que se abre a las necesidades de una economía mundial en constante evolución.