
Mientras el mundo se enfrenta a retos históricos -desde la competencia con China a la guerra en Ucrania, desde la crisis energética a la inestabilidad logística-, el libre comercio, motor clave del crecimiento y la prosperidad de las naciones productivas, sufre nuevos ataques. El Índice de Barreras Comerciales 2025 (IBC), publicado recientemente por un equipo internacional de investigadores, dibuja un panorama claro: las barreras comerciales están aumentando, y Occidente, en lugar de liderar la causa de la libertad económica, se está replegando sobre sí mismo.
El índice analiza 122 países, que abarcan el 97% del PIB mundial, y muestra que el nivel de restricciones comerciales ha aumentado un 7% en sólo dos años. No se trata sólo de aranceles: el verdadero peligro reside ahora en las barreras indirectas: normativas digitales, restricciones de servicios y trabas burocráticas. Resulta alarmante que los países con peores resultados no sean los regímenes autoritarios, sino las democracias occidentales.
La Ideología Sustituye a los Mercados: Las contradicciones de Occidente
Con el pretexto de la «ética digital», la «sostenibilidad» y los «derechos de los datos», los gobiernos occidentales están construyendo muros normativos que sofocan el dinamismo económico.
El TBI es contundente: los peores países en cuanto a restricciones al comercio digital son Alemania (121º), Francia (122º), Italia (119º), España (118º) y Hungría (120º). ¿Los culpables? Una mezcla tóxica de normativas de la UE -el GDPR, la Ley de Servicios Digitales, la Ley de Mercados Digitales y, ahora, la Ley de IA- que amontonan cargas legales y financieras sobre cualquiera que quiera hacer negocios en línea.
La realidad es que estas normas perjudican principalmente a las pequeñas empresas y a las empresas de nueva creación, ahogando la innovación y la competencia. Como Fratelli d’Italia viene sosteniendo desde hace tiempo, estas medidas no tratan de proteger a las personas, sino de ampliar el poder en manos de burócratas no elegidos. Como ha declarado en repetidas ocasiones la Primera Ministra Giorgia Meloni «No podemos sofocar la competitividad empresarial en nombre de una ideología que sólo existe para justificar más poderes para quienes nunca han sido elegidos».
Italia: Atrapada entre la extralimitación de la UE y la inercia interna
Italia ocupa sólo el puesto 50 de 122 países, una posición decepcionante para una de las principales naciones manufactureras de Europa. Los principales problemas son las excesivas restricciones del sector servicios, una logística ineficaz y una burocracia agobiante.
Italia sigue siendo víctima de las políticas económicas dictadas por Bruselas, habiendo aceptado cada nueva directiva sin defender su propia base industrial. Lo que se necesita es un cambio patriótico, que libere a las empresas italianas del estrangulamiento de Bruselas y fomente acuerdos comerciales bilaterales adaptados a los intereses nacionales de Italia.
El modelo CANZUK: El libre comercio conservador en acción
En el índice brillan con luz propia los países anglófonos de la alianza CANZUK: Canadá (4º), Australia (7º), Nueva Zelanda (6º) y Reino Unido (9º ), demostrando que el libre comercio y la soberanía nacional pueden coexistir.
El Reino Unido, en particular, ha escalado puestos en la clasificación tras el Brexit, gracias a una política comercial más autónoma y pragmática. Estos países demuestran que los mercados libres no requieren la sumisión globalista, sino que prosperan mejor cuando están guiados por gobiernos fuertes, soberanos y comprometidos con su pueblo.
Aumentan los aranceles y el proteccionismo en el Sur Global
Aunque los aranceles tradicionales siguen siendo el arma preferida en muchos países en desarrollo -la India (120º), Indonesia (122º), Vietnam (117º) y Egipto (82º ) encabezan la lista-, lo más alarmante es que incluso Estados Unidos está retrocediendo hacia los aranceles.
Según la TBI, la estrategia arancelaria anunciada recientemente por el presidente Trump podría, si se aplica plenamente, hacer caer a Estados Unidos del puesto 61 al 111, una señal de lo inestables que se han vuelto las normas comerciales mundiales.
Restricciones de servicios y BNA: La nueva cara del proteccionismo
Mientras los países más pobres recurren a los aranceles, las naciones más ricas despliegan herramientas menos visibles, pero igualmente perjudiciales: trabas a las licencias profesionales, normas sanitarias, normas técnicas y barreras digitales.
La UE es uno de los peores infractores, utilizando justificaciones de «seguridad» y «medioambientales» para bloquear importaciones como las aves de corral estadounidenses o la carne de vacuno argentina. No se trata de políticas para proteger a los consumidores, sino de armas proteccionistas revestidas de retórica verde.
La respuesta conservadora: Menos burocracia y más libertad económica
El Índice de Barreras Comerciales 2025 confirma lo que Fratelli d’Italia ha dicho todo el tiempo: la regulación excesiva no protege a los ciudadanos, sino que ahoga las economías reales, asfixia a las pequeñas empresas y beneficia a los gigantes multinacionales que pueden permitirse sortear la burocracia.
Necesitamos una estrategia económica arraigada en el conservadurismo, la soberanía y la productividad: una estrategia que reduzca las barreras comerciales, elimine la burocracia, mejore la logística y la seguridad jurídica y forje asociaciones bilaterales con naciones afines basadas en el interés y el respeto mutuos.