fbpx

El futuro de Italia pasa por abordar la crisis de la inmigración

Política - octubre 2, 2023

El papel clave de Giorgia Meloni en el Mediterráneo

La reunión celebrada en Malta, en La Valeta, el 29 de septiembre, en la que participaron todos los Jefes de Estado y de Gobierno de MED9, la organización que agrupa a los países europeos ribereños del Mediterráneo, fue testigo de una inesperada nueva alianza entre Italia y Francia.

Para empezar, cabe señalar que las relaciones entre Italia y Alemania se han enfriado considerablemente, cuando no roto por completo, debido a las polémicas en torno a la inmigración. Las desavenencias comenzaron con la noticia de que el presupuesto federal alemán incluía financiación para ONG, lo que contribuyó al rescate de migrantes, pero también a su llegada, principalmente a las costas italianas. A esta noticia siguieron los comentarios del Vicesecretario de la Liga (ID), quien supuestamente comparó el gobierno de Scholz con el nazismo, afirmando que durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes invadían países con su ejército, mientras que hoy lo hacen con los inmigrantes.

Se trataba de una acusación muy grave que, sin duda, no fue bien recibida en Berlín. Alemania necesita urgentemente alcanzar un acuerdo en Europa sobre inmigración, el llamado Pacto sobre Migración, impulsado principalmente por los socialdemócratas (SPD en Alemania y PSOE en España). Este pacto podría convertirse en la piedra angular de toda la situación social relacionada con la inmigración. Es especialmente crítico para Scholz, ya que a nivel nacional, la coalición de gobierno se sitúa en el 37%, con el SPD por debajo del 17%, los Verdes por debajo del 15% y el FDP en el 6%. Todo ello mientras la coalición CDU/CSU se sitúa en el 27% y se dispone a ganar las elecciones en Hesse y Baviera. El segundo partido en importancia a nivel nacional parece ser la AfD, que ha superado el 20% en las encuestas.

La Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, no perdió tiempo en abordar esta situación. Reiteró cómo la financiación de las ONG socava el trabajo realizado en el primer año de su gobierno para establecer relaciones bilaterales con los países de origen. Estas relaciones pretenden salvaguardar no sólo la vida de los inmigrantes, sino también la estabilidad de los países de acogida.

Así pues, la reunión EuroMED9, en la que participan Italia, Francia, España, Portugal, Grecia, Chipre, Malta, Eslovenia y Croacia, se convierte en una plataforma fundamental para desafiar a Alemania y reforzar la posición de Italia en el Mediterráneo. Para lograrlo, Meloni necesitaba una contraparte fuerte. Dado que no era factible entablar un diálogo directo con los españoles, estrechamente alineados con los alemanes, el primer ministro italiano decidió mantener una conversación a solas con Emmanuel Macron, poniendo fin a casi un año de hostilidad. Esta reunión dio lugar a un plan doble: Meloni envió una comunicación a la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reafirmando la importancia del trabajo bilateral con los países africanos y expresando su disposición a un plan europeo multinivel. Mientras tanto, Macron presentó una propuesta en la reunión EuroMED9, coordinada con Meloni, para enviar un mensaje claro sobre la necesidad de la implicación europea.

En la reunión EuroMED9 se hizo hincapié en la necesidad de reforzar las relaciones con los socios vecinos del sur y se reafirmó el compromiso de Europa de combatir la inmigración irregular redoblando los esfuerzos europeos para reducir los movimientos primarios y evitar así las salidas, una postura que Giorgia Meloni ha defendido desde su primer día en el cargo.

Sin embargo, el reto consiste en tratar con Francia, aliada de Italia. Está claro que Francia puede no ver con buenos ojos que Italia se apropie esencialmente de las relaciones bilaterales con países africanos como Túnez o Egipto, socavando así el papel de Francia como potencia europea de referencia para el continente. Además, la creciente presencia de China en el África oriental subsahariana (como Etiopía) y la volátil situación del África occidental subsahariana, que ha advertido de que una intervención francesa o de la CEDEAO se consideraría hostil tras el golpe de Estado en Níger, indican que una nueva potencia que gestione estas relaciones podría salvaguardar muchos intereses económicos a expensas del poder geopolítico.

Aunque la alianza de Italia con Francia es crucial para contrarrestar la financiación alemana de las ONG, abre un posible problema para el futuro. No es ningún secreto que Macron lidera Renew Europe, el movimiento centrista y liberal europeo. Ciertamente, para romper el equilibrio de poder que actualmente mantienen el Partido Popular, los socialistas y otras formaciones políticas, es necesaria la entrada de los liberales. Sin embargo, es igualmente cierto que, en primer lugar, una mayoría de PPE-ECR-RE puede no ser suficiente para gobernar y, en segundo lugar, Macron podría elevar las apuestas en tal escenario, dado su papel fundamental.

Más allá de estas consideraciones, la idea de Giorgia Meloni de promover el desarrollo africano para limitar las salidas parece, hoy por hoy, la solución más apreciada, al menos por los gobiernos ribereños del Mediterráneo. El futuro del gobierno de Meloni y de la Unión Europea depende de esta cuestión.