
En el Día Mundial de los Refugiados 2025, nuevas pruebas revelan el creciente abuso y abandono de menores en las fronteras de la UE
Mientras la Unión Europea se prepara para aplicar el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, testimonios alarmantes de niños refugiados están arrojando luz sobre el empeoramiento de las condiciones a las que se enfrentan en las fronteras europeas. En un sorprendente relato, un chico egipcio de 17 años relató su llegada a Grecia: “Empezamos a nadar hacia la isla. Cuando llegamos, empezaron a dispararnos: unas 70 balas”.
Tales palabras pintan un panorama calamitoso de violaciones sistemáticas de derechos cometidas contra algunas de las personas más vulnerables del mundo: los niños refugiados y migrantes no acompañados. El Día Mundial del Refugiado de este año, que se celebra el 20 de junio, subraya cómo las actuales prácticas fronterizas de la UE -intensificadas incluso antes de que el nuevo Pacto se convierta en ley en 2026- están incumpliendo los compromisos internacionales de protección de la infancia. Un informe recién publicado, basado en entrevistas con más de 30 menores que cruzaron a la UE a través de Grecia, Italia, España, Polonia y Finlandia, revela un patrón constante de abusos. Los menores denunciaron haber sido tiroteados, separados de sus familias, identificados erróneamente como adultos y detenidos en instalaciones inadecuadas para su edad o sus necesidades. Entre ellos está Amin, un muchacho sirio de 16 años que ahora vive solo en Grecia tras ser separado de sus padres durante una travesía marítima. “Estoy solo y echo de menos a mi familia”, dijo. Tras dormir en la calle durante cuatro días, encontró refugio en un centro para menores no acompañados. “Ahora me siento seguro, pero a veces llaman a la puerta por la noche sin motivo. Ojalá no ocurriera”.
Estos casos no son aislados. El informe detalla numerosos casos en los que se internó a menores en centros de detención de adultos, se les dejó sin representación legal y se les sometió a prácticas fronterizas que dan prioridad a la disuasión sobre el bienestar infantil. En algunos casos, los guardias fronterizos al parecer no llevaron a cabo evaluaciones apropiadas de la edad, lo que dio lugar a que se despojara a los adolescentes de las protecciones otorgadas a los menores. La trayectoria actual es muy preocupante, especialmente en el contexto del Pacto de la UE sobre Migración y Asilo. Aunque el Pacto promete equilibrar unas fronteras más sólidas con unos procedimientos de asilo justos, la aplicación temprana por parte de los Estados miembros muestra un preocupante énfasis en la restricción. El uso creciente de la detención de menores y el acceso limitado a los procedimientos de asilo reflejan políticas que equiparan el control de la migración con la seguridad nacional, a menudo a expensas de los derechos fundamentales.
Willy Bergogné, director de Save the Children Europa, lanzó una dura advertencia: “Ningún niño debe verse obligado a sufrir las consecuencias de políticas que dan prioridad a la disuasión sobre la protección. Penalizar a los niños por buscar seguridad es una traición a los valores declarados de humanidad y solidaridad de la UE. Si continúan las prácticas actuales, el nuevo Pacto podría institucionalizar estas violaciones”. El informe pide a los Estados miembros de la UE que cumplan sus obligaciones legales en virtud de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Subraya la necesidad urgente de prácticas fronterizas que tengan en cuenta a los niños, incluyendo:
Evaluaciones de edad precisas e informadas sobre el trauma, realizadas por equipos multidisciplinares con aportaciones de expertos independientes y mediadores culturales.
Mejora de las condiciones de acogida, en particular la ampliación de los refugios adaptados a los niños y los centros de primera respuesta.
Reclutamiento y formación de tutores voluntarios para apoyar a los menores no acompañados y garantizar la protección de sus derechos legales.
Formación obligatoria de las autoridades fronterizas para reconocer y responder a las vulnerabilidades específicas de los niños, especialmente los expuestos a la violencia o la explotación.
Se insta a Italia, en particular, a que predique con el ejemplo. El progresista marco jurídico del país, especialmente la Ley 47/2017 sobre menores no acompañados, proporciona una base sólida para proteger a los niños refugiados. Sin embargo, su aplicación sigue siendo desigual. Reforzar y normalizar los procedimientos de determinación de la edad, ampliar los programas de tutela voluntaria y garantizar la coordinación nacional de los servicios de apoyo podría convertir a Italia en un modelo de protección de la infancia dentro de la UE A medida que la UE se acerca a la aplicación de su reforma migratoria, el Día Mundial del Refugiado 2025 sirve de recordatorio fundamental: los niños refugiados no son amenazas fronterizas, son titulares de derechos que necesitan protección. Las políticas deben reorientarse para reflejar esta verdad, o se corre el riesgo de perpetuar un daño que podría durar toda la vida.