fbpx

El verano italiano comienza con un alivio hídrico, pero persisten las tensiones climáticas

Medio ambiente - junio 20, 2025

Las lluvias de mayo ofrecen un respiro temporal a la sequía, pero los expertos advierten de que la ola de calor y los problemas estructurales del agua podrían reavivar las condiciones de crisis.

Roma – 17 de junio de 2025 – Mientras el mundo celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía de la ONU, Italia se encuentra en una encrucijada climática. En el último mes ha llovido mucho, lo que ha aliviado meses de estrés hídrico y ha supuesto un respiro a corto plazo de la sequía. Pero este periodo de alivio se ve ensombrecido por una dura realidad: el aumento de las temperaturas estivales y las vulnerabilidades de larga data amenazan con deshacer los logros recientes. Gracias a un mes de mayo inusualmente húmedo -sobre todo en las regiones septentrionales-, las reservas de agua de Italia se han recuperado. La sequía meteorológica que afectó a gran parte del país ha remitido en su mayor parte. “Ahora podemos decir que la sequía meteorológica -esencialmente, la falta de lluvias- ha remitido en la mayor parte del territorio italiano”, anunció la Fondazione CIMA, uno de los principales organismos de vigilancia climática del país. Los datos proceden de un trabajo de seguimiento de una década realizado por Lab24, en colaboración con la Fundación CIMA, que rastrea la humedad del suelo, los niveles de nieve y las tendencias de temperatura. Sus últimos informes apuntan a un paisaje hidrológico más saludable a medida que Italia se adentra en la crítica estación estival. Las provincias septentrionales, en particular, muestran una mejora de la saturación del suelo y del nivel de los ríos.

De una primavera fresca a un verano abrasador

Sin embargo, es posible que este frágil equilibrio ya esté cambiando. Tras un mes de mayo más frío de lo normal -especialmente en el norte-, Italia está sufriendo su primera gran ola de calor del verano de 2025. “El enfriamiento fue temporal”, explica Francesco Avanzi, hidrólogo y experto en nieve del CIMA. “Ahora estamos asistiendo a un repunte significativo de las temperaturas, y sin nuevas precipitaciones, corremos el riesgo de perder gran parte de la humedad del suelo que hemos recuperado recientemente”. Las previsiones indican que esta ola de calor podría prolongarse hasta finales de junio. Se espera que el impacto sea especialmente grave en las zonas agrícolas que aún se están recuperando del estrés de las sequías de 2023 y 2024. Los sistemas de cultivo y las reservas de agua poco profundas son de los primeros en sufrir cuando las temperaturas aumentan bruscamente sin precipitaciones acompañantes.

Retos persistentes en el Sur

A pesar de la mejora nacional, las condiciones en el Sur siguen siendo precarias. Los datos sobre la humedad del suelo muestran condiciones de sequía persistentes en partes de Sicilia y el sur de Italia continental. Según el ISPRA (Instituto Italiano de Protección e Investigación Medioambiental), estas zonas críticas reflejan “efectos residuales” de la sequía extrema experimentada en años anteriores. El deshielo, otra fuente vital de agua para ríos y embalses, retomó su ritmo habitual en junio tras una breve desaceleración en mayo. Pero a medida que la capa de nieve se retira a mayores altitudes, su contribución al balance hídrico de Italia disminuirá. Esto añade presión sobre otras fuentes -especialmente las aguas subterráneas y los embalses artificiales- justo cuando la demanda alcanza su punto máximo.

Más allá del tiempo: Debilidades sistémicas

Los expertos subrayan que esto es más que una historia meteorológica. Aunque las lluvias de mayo ayudaron a aliviar las preocupaciones inmediatas, la exposición a largo plazo de Italia a la sequía tiene raíces profundas. “El riesgo no es sólo que llueva o no llueva”, señala Avanzi. “Se trata de cómo el sistema en su conjunto -embalses, infraestructuras, gobernanza- puede absorber y responder a las perturbaciones climáticas”. Las infraestructuras hídricas italianas, en gran parte anticuadas e insuficientemente financiadas, han demostrado ser vulnerables a los periodos de sequía prolongados. El sector agrícola, que consume más de la mitad de los recursos nacionales de agua dulce, ha tenido dificultades para adaptar las prácticas de riego a los extremos climáticos. Y las ciudades siguen expuestas a una escasez repentina, sobre todo en el Sur, donde los robos de agua y las fugas agravan el problema.

¿Una prioridad europea?

Mientras Dinamarca se prepara para asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la UE en julio, la seguridad del agua puede recibir por fin la atención que merece. La región mediterránea se considera cada vez más una línea de frente en la batalla de Europa contra la inestabilidad climática. La experiencia de Italia -que oscila entre inundaciones y sequías- sirve de advertencia a otros estados del sur. Por tanto, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía no es sólo simbólico, sino una llamada a la acción. El aplazamiento temporal del estrés hídrico en Italia pone de relieve tanto la urgencia como la oportunidad de construir un futuro más resiliente. A medida que avanza el verano de 2025, el país sigue en un delicado equilibrio. Sin lluvias sostenidas y una reforma política significativa, los avances de las últimas semanas pueden resultar tan efímeros como una tormenta pasajera.

 

Alessandro Fiorentino