
Dentro de un año habrá elecciones al Parlamento nacional en Suecia. Por primera vez, un partido nacionalista de derechas, los Demócratas Suecos, entrarán en campaña electoral para defender lo que han conseguido durante una legislatura en la que han podido ayudar a gobernar.
En las últimas elecciones al Parlamento, en 2022, los Demócratas Suecos avanzaron tres puntos porcentuales, convirtiéndose en el segundo partido de Suecia tras los Socialdemócratas y llevando a la derecha política al poder.
Tras las elecciones, se alcanzó un acuerdo entre los Demócratas Suecos y otros tres partidos de centro/derecha sobre una política común que establecía importantes reformas en torno a la inmigración, la prevención de la delincuencia y la política energética. Los Demócratas Suecos no ocuparon un escaño en el gobierno, pero fue en gran medida su política la que el gobierno sueco aplicaría a partir de ahora.
Y ahora hay que defender esa política.
Dentro de un año habrá elecciones al Parlamento nacional en Suecia. Por primera vez, un partido nacionalista de derechas, los Demócratas Suecos, entrarán en campaña electoral para defender lo que han conseguido durante una legislatura en la que han podido ayudar a gobernar. En las últimas elecciones, celebradas en 2022, los Demócratas Suecos avanzaron tres puntos porcentuales, convirtiéndose en el segundo partido de Suecia tras los Socialdemócratas y llevando a la derecha política al poder.
Tras las elecciones, se alcanzó un acuerdo entre los Demócratas Suecos y otros tres partidos de centro/derecha sobre una política común que establecía importantes reformas en torno a la inmigración, la prevención de la delincuencia y la política energética. Los Demócratas Suecos no ocuparon un escaño en el gobierno, pero fue en gran medida su política la que el gobierno sueco aplicaría a partir de ahora.
Y ahora hay que defender esa política.
Un tercer ámbito político que ha estado en el centro del trabajo del gobierno y de los Demócratas Suecos durante el periodo del mandato ha sido la producción de energía. Suecia tenía antes un suministro energético muy eficiente y fiable, con energía hidroeléctrica en los grandes ríos y una central nuclear debidamente desarrollada. Con un aumento de población sin precedentes, las necesidades energéticas han aumentado al mismo tiempo que los políticos han cerrado seis de los doce reactores nucleares que funcionaban anteriormente. Al menos cuatro de estos reactores se cerraron prematuramente, antes de que estuvieran completamente agotados, debido al deseo político de hacer de la energía nuclear un paréntesis en el suministro energético sueco. Ahora el nuevo gobierno ha sentado las bases para que se construyan nuevos reactores. Pero ningún reactor estará terminado antes de 2035, por lo que a los partidos del gobierno y a los Demócratas Suecos les resulta difícil señalar resultados concretos.
Incluso muchos suecos que no votaron a ninguno de los partidos de derechas entienden que estas reformas eran necesarias. Y el mayor partido de la oposición no ha buscado el conflicto en estos temas. En su lugar, quieren hablar de economía.
Así que ahora, por primera vez, los Demócratas Suecos entrarán en una campaña electoral en la que tendrán que defender lo que han hecho en lugar de quejarse de lo que otros partidos no han hecho o de lo que han hecho mal. Esto será algo completamente nuevo. El problema será explicar a sus impacientes votantes que el partido no se ha gobernado a sí mismo. Que han tenido que transigir. Que los cambios llevan tiempo. Que se necesita más paciencia. Que hacen lo que pueden para empujar al país en la dirección correcta, pero que los partidos con los que colaboran a veces se resisten y piensan que los Demócratas Suecos presionan demasiado.
Porque los simpatizantes están impacientes. Han esperado 20 años a que se permita a su partido gobernar Suecia. Ahora corresponderá al líder del partido, Jimmie Åkesson, explicar que el partido ha participado en el cambio de la situación en Suecia, pero que se necesita más tiempo y más votos para completar el trabajo.