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Una izquierda desorganizada por la inmigración

Política - noviembre 17, 2023

En Italia gobierna la derecha conservadora desde hace un año. Desde aquel 25 de septiembre de 2022, la izquierda italiana no ha hecho otra cosa que decir «no» a cualquier propuesta que se le hiciera. La mayoría de las veces por el simple hecho de estar en la oposición. Nada nuevo. Por supuesto, nadie espera que las propuestas de un gobierno de derechas sean votadas a favor por una oposición de izquierdas. Pero al mismo tiempo, si no se reflexiona y analizan las propuestas antes de atacar a los adversarios políticos, se corre el riesgo de quedar mal no sólo a escala nacional, sino también internacional.

Esto es exactamente lo que les ha ocurrido en los últimos días a los partidos de la izquierda italiana en el tema de la inmigración. Giorgia Meloni, de hecho, se reunió con el Primer Ministro albanés Edi Rama para cerrar un acuerdo histórico sobre inmigración. En resumen, este acuerdo prevé la posibilidad de que Italia lleve a Albania, en algunas estructuras de jurisdicción italiana, a los migrantes rescatados en el Mediterráneo por buques italianos. A cambio, Italia se compromete a que Albania se convierta en miembro de la Unión Europea. Pocas horas después de la firma del acuerdo, los partidos de la oposición italiana criticaron duramente el texto.

Hay quien, como Nicola Fratoianni, secretario nacional de la Izquierda italiana, habló de «deslocalización» de la inmigración, añadiendo, además, su preocupación por posibles «megacentros» en Albania, calificándolos de «dudosa naturaleza jurídica».

La secretaria Elly Schlein y el responsable de Política Migratoria del Partido Democrático italiano, Pierfrancesco Majorino, calificaron el acuerdo de «lío peligroso, muy poco claro». Conviene recordar que el partido del que es líder Rama y el PD italiano forman parte del mismo grupo parlamentario. Por último, los hay aún más fuera del mundo, como Riccardo Magi, secretario de Más Europa, que comparó la situación con un «Guantánamo italiano». Este último dijo que no habría posibilidad de verificar las condiciones de las personas restringidas en los centros.

Declaraciones realmente fuera de lugar que demuestran la falta de visión en temas importantes les hacen quedar mal. Así lo demuestra el hecho de que incluso Olaf Scholf, Canciller alemán y líder socialdemócrata, haya declarado en repetidas ocasiones que el modelo Italia-Albania debe observarse con atención porque puede ser un ejemplo virtuoso para combatir la inmigración ilegal. Scholz insistió también en la necesidad de adoptar medidas claras y específicas contra la inmigración incontrolada. Encontrar socios fuera de la UE para llevar a cabo los procedimientos de asilo es una forma eficaz de resolver los retos y problemas de la «familia europea». La ministra alemana del Interior, la también socialdemócrata Nancy Faeser, reiteró asimismo la necesidad de concluir acuerdos con los países de origen de los inmigrantes para repatriar a los ilegales y facilitar la inmigración de trabajadores cualificados. Aquí es donde encaja el «modelo italiano albanés».

Carlo Fidanza, jefe de la delegación de Fratelli d’Italia-CER en el Parlamento Europeo, comentó inmediatamente: «El gobierno Scholz, de hecho, parece decidido a seguir por la vía de los acuerdos con terceros países para reducir la presión migratoria. Pobre Schlein, abofeteada políticamente en materia de inmigración por su propia familia política, sólo le queda el doloroso estribillo habitual de acusaciones estrafalarias contra Giorgia Meloni y la derecha italiana».