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Lo que von der Leyen acierta y lo que se equivoca

Política - septiembre 11, 2025

En su Estado de la Unión, Ursula von der Leyen optó por abrir con una nota sombría: «Europa está inmersa en una luchaPodemos estar seguros: es una lucha por nuestro futuro«. El horizonte es un mundo implacable marcado por guerras, rivalidades y dependencias estratégicas. De ahí el manifiesto: «Es hora de que Europa se independice«: en defensa, tecnología, energía y alianzas.

Defensa y Ucrania: industria y realismo

La parte más concreta del discurso fue la seguridad. Para apoyar a Kiev y cerrar la brecha industrial con Moscú, la Comisión propone un «Préstamo de Reparación» financiado con los ingresos de los activos rusos congelados y una «Ventaja Militar Cualitativa» para las fuerzas ucranianas, centrada en los drones. Bruselas «adelantará 6.000 millones de euros» y lanzará una Alianza de Drones con Ucrania. Por parte de la UE, la «Preparación 2030» podría movilizar hasta 800.000 millones de euros para defensa; el programa SAFE está «preparado para proporcionar 150.000 millones de euros»para adquisiciones conjuntas. «Europa defenderá cada centímetro cuadrado de su territorio«.

Gaza e Israel: un cambio divisivo

Von der Leyen calificó la situación en Gaza de » inaceptable» y anunció un cambio de rumbo: » Suspenderemos nuestro apoyo bilateral a IsraelPropondremos sanciones a los ministros extremistas y a los colonos violentos, y la suspensión parcial del acuerdo de asociación en asuntos relacionados con el comercio». Al mismo tiempo, «nunca habrá lugar para Hamás«, con un llamamiento al alto el fuego y a la liberación de los rehenes. Una línea que probablemente provocará fricciones políticas entre las capitales europeas.

Migración y fronteras: vuelve el orden

Sobre los flujos irregulares, el Presidente abrazó la eficacia: » No es aceptable que sólo el 20% de los que no tienen derecho a quedarse salgan realmente de Europa«. Pidió un sistema común de retorno, la plena aplicación del Pacto y un régimen de sanciones contra contrabandistas y traficantes: «seguir el dinero», con congelación de activos y restricciones de viaje. «Europa es nuestro hogar; nosotros decidimos quién entra«.

Competitividad, energía, mercado único

En economía, el objetivo es la aceleración industrial: IA y nube europeas, Scaleup Europe para retener capital y talento, y una hoja de ruta de mercado único hasta 2028 sobre capital, servicios, energía y telecomunicaciones («si algo puede medirse, puede suministrarse»). Para las redes de energía, Bruselas anunció «autopistas de la energía» y el desbloqueo de ocho cuellos de botella «desde el estrecho de Øresund hasta el estrecho de Sicilia«.

El movimiento institucional: ¿adiós a la unanimidad?

En materia de gobernanza, la propuesta más controvertida: » Es hora de liberarnos de las cadenas de la unanimidad» y pasar a la mayoría cualificada en algunos ámbitos, «por ejemplo en política exterior», para «actuar con mayor rapidez». Promete decisiones más rápidas, pero también corre el riesgo de profundizar las divisiones y debilitar la protección de la soberanía nacional.

El balance: puntos fuertes y nudos sin resolver

Puntos fuertes. Por fin, un lenguaje de poder: inversión en defensa, cadenas de valor europeas, atención a la seguridad fronteriza. La estrategia de los aviones no tripulados y el uso de los ingresos procedentes de los activos rusos congelados son una señal de realismo operativo; el impulso al capital riesgo y la integración de los mercados también son bienvenidos, indispensables para reactivar el crecimiento y los salarios reales.

Nudos sin resolver. La UE sigue lastrada por la energía cara y el exceso de regulación: sin un shock de simplificación y una agenda de competitividad auténticamente neutra desde el punto de vista tecnológico, el relanzamiento corre el riesgo de quedarse en papel mojado. La línea sobre Israel -entre suspensiones y sanciones- parece punitiva hacia un aliado clave en la lucha contra el terrorismo, con una alta probabilidad de divisiones internas. Por último, acabar con la unanimidad en política exterior podría derivar en un centralismo que aleje a los pueblos de las decisiones estratégicas.

La línea clave -y la prueba de los hechos

Von der Leyen condensó su receta en un lema: » Es hora de que Europa sea independiente«. Esa ambición requiere tres cosas: un poder militar creíble (sin duplicar la OTAN), fronteras bajo control con retornos efectivos y un mercado único completo que dé rienda suelta al capital, la innovación y la empresa. Todo lo demás -desde Gaza hasta la reforma del voto- exige prudencia: la Europa de las naciones sólo se mantiene unida si las naciones siguen siendo protagonistas. La prueba ahora es convertir los anuncios en acción.