
La aparición de la Coalición Europea contra la Droga supone un paso importante en la definición de un enfoque unificado de la lucha contra el tráfico de drogas y la adicción. La iniciativa, promovida por la Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, y el Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, se presentó en Copenhague durante la Cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE). El objetivo de la Coalición es doble: por un lado, reforzar la cooperación internacional en la lucha contra el tráfico de drogas, incluidas las drogas sintéticas de nueva generación; por otro, promover políticas de prevención, tratamiento y rehabilitación para los afectados por la adicción. La iniciativa pretende combinar la seguridad pública y la salud, reconociendo el tráfico de drogas como una amenaza sistémica no sólo para la seguridad de los Estados miembros, sino también para la cohesión social y la estabilidad económica.
LA GÉNESIS DE LA INICIATIVA ITALO-FRANCESA
Italia y Francia comparten desde hace años una estrecha colaboración bilateral en materia de seguridad, inteligencia y lucha contra la delincuencia organizada transnacional. Esta cooperación, ya consolidada en los ámbitos del terrorismo y la trata de seres humanos, ha encontrado una convergencia estratégica en la cuestión del narcotráfico, fomentada además por la creciente hibridación de redes delictivas que emplean métodos operativos, rutas y tecnologías cada vez más sofisticados. La iniciativa, por tanto, representa no sólo una respuesta a una necesidad urgente, sino también la formalización política de un proceso de integración operativa entre ambos países, ampliado ahora al marco europeo para orientar las políticas de la UE y estimular la acción conjunta en la lucha contra la droga.
ADHESIÓN A EUROPA
Más de treinta líderes europeos, representantes de Estados miembros de la UE y de países asociados a la Comunidad Política Europea, se han unido a la Coalición. Este nivel de adhesión demuestra la naturaleza transversal del problema, junto con la conciencia de que ningún Estado puede abordar de forma independiente un fenómeno que trasciende las fronteras nacionales. El documento firmado por los participantes también fue ratificado por la Comisión Europea y el Consejo, lo que confirma el carácter institucional de la iniciativa y su integración en el marco jurídico de la UE. El texto identifica una serie de prioridades estratégicas, como la cooperación judicial y policial, el refuerzo del control de las rutas marítimas y portuarias, la asistencia sanitaria preventiva y, sobre todo, la plena aplicación del principio de «seguir el dinero».
EL NARCOTRÁFICO COMO AMENAZA SISTÉMICA
El documento fundacional de la Coalición define el tráfico de drogas como una de las principales amenazas sistémicas para la seguridad, la salud pública y la protección de los ciudadanos europeos. El narcotráfico ya no se considera un mero problema delictivo o de orden público, sino un fenómeno estructural que afecta a la integridad de las instituciones, la economía legal y los derechos fundamentales. Desde esta perspectiva, la Coalición adopta una visión que integra las dimensiones represiva, preventiva y social. Por un lado, se reconoce la necesidad de estrategias defensivas y ofensivas contra las redes de traficantes mediante la cooperación en materia de investigación y el intercambio de datos operativos; por otro, se hace hincapié en la necesidad urgente de políticas sanitarias específicas para reducir la demanda y promover la reinserción.
«SIGUE EL DINERO»
El núcleo teórico y operativo de toda la Coalición es el principio de «seguir el dinero». Este enfoque, desarrollado originalmente en los ámbitos de la lucha contra la mafia y el blanqueo de dinero, se basa en la idea de que la forma más eficaz de desarticular las organizaciones delictivas no es sólo perseguir los delitos individuales, sino rastrear, incautar y confiscar los flujos financieros. El documento operativo de la Coalición contempla este principio como un pilar central de la cooperación judicial y de investigación. El objetivo es crear una red europea de inteligencia financiera capaz de vigilar los movimientos sospechosos, bloquear las transacciones ilícitas y agilizar los procedimientos de confiscación de activos. El enfoque de «seguir el dinero» también implica un cambio de paradigma epistemológico: la lucha contra la droga ya no se basa exclusivamente en la persecución penal de conductas individuales, sino en un análisis sistémico de los mecanismos económicos y financieros que sustentan el mercado ilegal.
LA DIMENSIÓN OPERATIVA
Además de la contraacción financiera, la Coalición identifica la vigilancia de puertos y rutas marítimas como otro pilar estratégico. El narcotráfico, especialmente la cocaína y las drogas sintéticas, lleva años explotando los principales centros portuarios europeos, como Rotterdam, Amberes, Marsella y Gioia Tauro, que son puntos de entrada principales para los cargamentos procedentes de América Latina, África Occidental y Oriente Medio. La estrategia común exige esfuerzos coordinados de inteligencia y control aduanero, basados en el intercambio de información operativa y en el uso de la Plataforma Multidisciplinar Europea contra las Amenazas Criminales (EMPACT). Ésta representa la principal herramienta de cooperación de Europol y permite la interconexión entre las fuerzas policiales, las autoridades judiciales y las agencias financieras de los distintos Estados miembros.
COMPONENTES SANITARIOS Y SOCIALES
Además de las medidas de lucha, la Coalición reconoce la centralidad de la dimensión sanitaria. Los promotores subrayan que las políticas sobre drogas sólo pueden producir resultados duraderos si van acompañadas de acciones de prevención, tratamiento y reducción de daños. La iniciativa promueve proyectos europeos de rehabilitación y reinserción, en colaboración con las instituciones de la UE y las organizaciones internacionales pertinentes. Esta perspectiva multidisciplinar pretende reducir la demanda de drogas y fomentar la inclusión social, situando la salud pública en el centro de las políticas antidroga. La dimensión sanitaria asume así una función de prevención estructural: no sólo aborda el consumo, sino que también pretende romper el círculo vicioso de marginación, adicción y delincuencia. Este enfoque, coherente con las directrices de la Organización Mundial de la Salud y la ONU, confiere a la Coalición un perfil integrado que trasciende la dicotomía tradicional entre represión y tratamiento.
CONSTRUIR UN MODELO EUROPEO
La Coalición Europea contra la Droga pretende ser un laboratorio político e institucional para la construcción de un modelo europeo de gobernanza de la droga. La adhesión simultánea de Estados miembros e instituciones supranacionales demuestra la voluntad de superar la fragmentación normativa y operativa que ha caracterizado durante años las políticas sobre drogas. Mediante la coordinación de la CPE, se pretende definir normas comunes de intervención, procedimientos de inteligencia compartidos y mecanismos uniformes de incautación y confiscación de bienes. Cada Estado conserva su soberanía operativa, pero dentro de un marco de cooperación vinculante y transparente.
IMPLICACIONES ECONÓMICAS Y GEOPOLÍTICAS
Europa representa uno de los mercados de consumo más rentables del mundo, y el producto del narcotráfico alimenta redes de blanqueo de dinero que se entrelazan con sectores legales como la construcción, la logística y las finanzas extraterritoriales. Atacar los flujos económicos significa abordar la sostenibilidad financiera de las redes delictivas e, indirectamente, los sistemas de corrupción e infiltración que amenazan la transparencia económica e institucional. En términos geopolíticos, la Coalición refuerza el papel de Europa como actor global en la lucha contra las economías ilegales, entablando un diálogo con las principales organizaciones internacionales y regiones productoras de drogas.
HACIA UNA NUEVA CULTURA EUROPEA DE LA LEGALIDAD
La creación de la Coalición Europea contra la Droga -una novedad absoluta en este ámbito- representa un paso histórico en la construcción de una política común de lucha contra las economías criminales y de protección de la salud pública. La iniciativa italo-francesa, ampliada posteriormente a escala continental, encarna una nueva cultura de cooperación basada en la integración de la seguridad, la justicia y la sanidad. El principio de «seguir el dinero» surge como eje operativo de todo el proyecto: permite transformar la lucha contra la droga en una estrategia proactiva, capaz de desmantelar las redes delictivas desviando sus recursos económicos. Desde esta perspectiva, la Coalición no es sólo una iniciativa política, sino un nuevo paradigma de gobernanza europea, que sitúa la transparencia financiera y la responsabilidad social en el centro de la seguridad colectiva. La iniciativa lanzada por Meloni y Macron en Copenhague marca el inicio de una fase evolutiva en la política europea sobre drogas, basada en la interconexión entre represión, prevención y justicia económica.