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Crisis energética: La UE trabaja para limitar el precio del gas ruso. No hay acuerdo entre los Estados miembros: se necesita más solidaridad.

Energía - octubre 18, 2022

El suministro de energía es el nuevo reto al que se enfrenta la Unión Europea en los próximos meses. No es sólo una cuestión económica, sino también una clave para el futuro político de la UE: si los 27 Estados miembros son capaces de responder de forma compacta a la crisis, la UE saldrá fortalecida. Si la UE consigue hacer mejor y más rápido lo que cada Estado debería haber hecho por sí mismo, quedará clara la importancia de cooperar cada vez más estrechamente y de forma incisiva en determinadas cuestiones. De lo contrario, cabe esperar nuevas oleadas de euroescepticismo, que se habían desvanecido con la gestión compartida de la pandemia y el reparto de la deuda.

El camino, sin embargo, parece cuesta arriba. El documento oficioso que la Comisión Europea ha presentado a los Estados miembros, en preparación del Consejo Europeo de Energía, convocado por la Presidencia de turno para el 30 de septiembre en Bruselas, prevé en primer lugar la propuesta de un tope de precios para el gas ruso, pero no aplicable a otras importaciones.

Para la Comisión Europea sería difícil (y arriesgado) aplicar un tope de precios generalizado, ya que podría provocar una interrupción del suministro. Sin embargo, si tenemos en cuenta que actualmente sólo el 9% del metano ruso llega a Europa (frente al 40% de antes de la guerra), está claro que esta decisión ayudaría muy poco.

La Comisión está trabajando en un paquete de medidas para ayudar a los ciudadanos y a las empresas a resistir el increíble aumento de sus facturas y tener suficiente energía para pasar el invierno: en primer lugar, hay un recorte obligatorio del consumo de alrededor del 10% al mes y del 5% en los momentos de mayor consumo, de acuerdo con las franjas horarias establecidas por cada Estado miembro; también hay un límite a los ingresos de las empresas que producen electricidad a partir de fuentes distintas del gas.

«Para hacer frente a posibles interrupciones del suministro», afirma el citado documento oficioso, «podrían hacerse obligatorias las medidas de solidaridad para garantizar que todos los Estados miembros tengan acceso al gas que necesitan para atender a los clientes protegidos y a las industrias críticas».

Quince Estados miembros, entre ellos Italia, Francia, España y Polonia, se dirigieron por escrito a la Comisión para pedir que se limite el precio generalizado del gas. Entre los firmantes destacan las ausencias de Alemania, que se muestra escéptica ante esta medida, y de los Países Bajos, que se oponen rotundamente a las intervenciones que restringen el mercado.

«Ante las amenazas comunes de nuestro tiempo, no podemos dividirnos según el espacio de nuestros presupuestos nacionales. En los próximos Consejos Europeos debemos mostrarnos unidos, decididos, solidarios», dijo el Primer Ministro italiano Mario Draghi, molesto por la postura de algunos de sus colegas.

La Comisión Europea fue acusada una vez más de favorecer las posiciones alemanas. El Canciller Scholz, de hecho, ya había dicho la semana pasada que Alemania invertiría 200.000 millones de euros para frenar la subida de precios, incluso nacionalizando el principal importador de gas de Alemania, Uniper.

Hungría sigue oponiéndose a la limitación del precio del gas ruso. Para Budapest, la solución sería levantar las sanciones a Rusia, al menos en materia de energía, esta es la postura expresada por el ministro húngaro Gulyas, que dijo: «Si mañana levantaran al menos la parte de las sanciones a Rusia en materia de energía, tendríamos la mitad de todo, precios e inflación». Desgraciadamente, la Comisión ha elegido otro camino, en dirección contraria. Así, no perjudicamos a Rusia, sino que le aseguramos enormes beneficios».

Sin embargo, se necesitará una mayoría cualificada de países que representen al menos el 65% de la población total de la UE para aprobar las medidas de limitación de precios. Por lo tanto, la última jugada, la que puede valer toda la partida, queda en manos de Alemania y no de Hungría.

La votación del nuevo paquete de sanciones contra Rusia será diferente. Será necesaria la unanimidad en el Consejo.

La capacidad de los 27 Estados miembros para trabajar en pos de objetivos comunes se pondrá a prueba en las próximas horas. Mientras tanto, los ciudadanos y las empresas están al borde del abismo, con facturas cada vez más caras que pagar a final de mes.

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