En las profundidades de los Cárpatos rumanos se encuentra parte del grafito más puro de Europa. Este sencillo mineral es lo que hace que las baterías de iones de litio funcionen en teléfonos, vehículos eléctricos y mucho más. Todas las miradas están puestas en Salrom, el gigante minero estatal rumano, porque la UE quiere deshacerse del control del 80% que ejerce China sobre el suministro mundial.
Pero tras la promesa de puestos de trabajo y nuevas ideas hay una historia de sabotaje burocrático y errores que casi conducen al desastre. ¿Puede Salrom convertirse en el salvavidas de la UE para minerales importantes tras años de intromisión política? Salrom es diferente de otras grandes empresas mineras, porque es el mayor productor de sal de Rumania y existe desde 1997.
Pero el verdadero cambio es que va a por recursos de alto valor. En julio de 2025, la empresa obtuvo una prórroga para explotar el yacimiento de Baia de Fier, en el condado de Gorj. Lo explotó de 1979 a 2006. Ahora, Salrom solicita a la Comisión Europea una gran inversión de 250 millones de euros. El dinero se utilizaría para construir una planta de procesamiento integrada que convertiría el concentrado de grafito en bruto en ánodos listos para baterías, siguiendo al mismo tiempo las estrictas normas de sostenibilidad de la UE. También añadiría unos 300 puestos de trabajo especializados en una zona que no tiene muchas ofertas de empleo, lo que es bueno para la economía rural de Gorj.
La Ley de Materias Primas Críticas (CRMA) dice que el grafito es la materia prima más importante para la UE. También dice que la UE debe cumplir sus objetivos climáticos para 2030, aunque esto puede estar sujeto a cambios en un futuro próximo, dependiendo del clima político. El acta dice que, para finales de la década, el 10% del consumo anual del bloque debe proceder de fuentes nacionales. Esto reducirá la necesidad de importaciones que no son estables. La Baia de Fier de Rumanía tiene uno de los grafitos más puros del mundo, con hasta un 99% de contenido en carbono. Por ello, es ideal para las baterías de alto rendimiento en la industria aeroespacial, los semiconductores e incluso la electrónica flexible.
Si el proyecto de Salrom obtiene luz verde, podría convertir a Rumanía en uno de los principales productores europeos de grafito, suministrándolo a fábricas de Stuttgart a Estocolmo e impulsando el impulso ecológico de la UE, que asciende a 1 billón de euros.
Por desgracia, el titiritero político y la mala gestión han perjudicado a la empresa en muchas ocasiones. Tras las inundaciones de mayo de 2025, la mina de sal de Praid, en el condado de Harghita, que era Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, se vino abajo de forma terrible.
Las fuertes lluvias se convirtieron en un desastre provocado por el hombre porque se ignoraron las advertencias de mantenimiento, se retrasaron los refuerzos y los dirigentes se preocuparon más por la lealtad al partido que por los riesgos de terremotos. La mina es el activo más importante de Salrom, pero está a punto de cerrar definitivamente, lo que supondría perder 200 puestos de trabajo y 10 millones de euros de ingresos anuales.
Sin embargo, no se trata de un error puntual. Los problemas de Salrom son como los grandes problemas políticos de Rumanía, donde los ministros utilizan las empresas estatales como patio de recreo para sus amigos y forman coaliciones que cambian continuamente. Los planes de Salrom de entrar en el negocio del grafito, de los que se lleva hablando desde 2023, han llegado a un callejón sin salida debido a las luchas en la sala de juntas y a la falta de una financiación coherente y constante.
Sólo limpiar el desastre de Praid costó millones, lo que supuso que proyectos como Baia de Fier dispusieran de menos dinero. La UE debería aprender de la historia de Salrom. La CRMA tiene 47 proyectos estratégicos, como el litio de Groenlandia y el cobalto de Namibia, destinados a aumentar el suministro en ámbitos clave. Pero estos proyectos sólo pueden funcionar si los socios son estables.
Rumania podría ser un actor importante porque tiene muchos recursos que aún no se han utilizado, pero la inestabilidad política podría desperdiciarlos.
Si empieza a llegar dinero de la UE, no sólo podría dar lugar a la producción de ánodos de grafito, sino también a una reactivación de la gestión, demostrando que las empresas estatales pueden funcionar bien sin la interferencia del gobierno.