El discurso de la Primera Ministra Giorgia Meloni en la Convención Atreju del partido FdI fue una intervención programática y de construcción de la identidad, dirigida a esbozar una visión global del papel de Italia en el contexto europeo e internacional. La Primera Ministra enmarca la actual fase política como una oportunidad histórica para construir un país capaz de transmitir credibilidad, estabilidad y prosperidad a las generaciones futuras, situando en su centro la responsabilidad hacia el pueblo italiano y la recuperación de la soberanía plenamente ejercida.
CREDIBILIDAD ECONÓMICA Y FINANCIERA COMO BASE DEL CRECIMIENTO
Uno de los pilares fundamentales del discurso se refiere al tema de la credibilidad nacional. Meloni la define no sólo como el reconocimiento de los inversores, los mercados financieros y las instituciones internacionales, sino sobre todo como la confianza interna, demostrada por la creciente propensión de los italianos a invertir en bonos del Estado. Esta credibilidad, según el Primer Ministro, genera riqueza tangible. La referencia a las mejoras de las agencias de calificación, el regreso de Italia a la primera liga financiera y los 80.000 millones de euros en inversiones atraídos en tres años mediante acuerdos con Estados y grandes empresas se presentan como pruebas tangibles del cambio estructural.
ESTABILIDAD POLÍTICA Y GESTIÓN VIRTUOSA DE LOS RECURSOS PÚBLICOS Y DE LA RRPN
Meloni hace hincapié en la conexión entre la estabilidad del gobierno y la sostenibilidad económica, citando datos según los cuales la inestabilidad política del pasado ha costado al gobierno 265.000 millones de euros en diez años. Por el contrario, el gobierno actual hace alarde de la drástica reducción del diferencial, que ahora es de un tercio en comparación con cuando el gobierno tomó posesión, y de la reducción de los tipos de los bonos del Estado, lo que supone un ahorro de miles de millones de euros en intereses que se destinarán a políticas sociales y a las necesidades de los ciudadanos. Se hace especial hincapié en la gestión del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. La aprobación del octavo tramo se aclama como un punto de inflexión histórico: Italia, que antes estaba a la cola en el gasto de fondos europeos, se convierte en líder y modelo de eficacia. Este resultado contribuye a cambiar la percepción internacional del país, desmintiendo las predicciones catastrofistas que habían acompañado la llegada de Meloni al poder. Se utilizan citas de periódicos como Financial Times, Bloomberg y Le Monde para certificar el cambio en la opinión externa.
POLÍTICA EXTERIOR, SEGURIDAD Y RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS
El Primer Ministro sitúa a Italia en un Occidente que se enfrenta a nuevos retos geopolíticos. Ante la perspectiva de la retirada de EEUU de Europa, Meloni insiste en la necesidad de reforzar la capacidad de defensa de Europa, abogando por la creación de un pilar europeo de la OTAN en pie de igualdad con Washington. La libertad, argumenta, tiene un coste, pero es preferible a una servidumbre cómoda y restrictiva. El apoyo a Ucrania frente a la agresión rusa encaja en este marco, justificado tanto por razones éticas como por la protección de los intereses nacionales y la seguridad europea.
EL MEDITERRÁNEO, ORIENTE MEDIO Y EL GOLFO COMO EJES ESTRATÉGICOS
Italia se describe como un actor clave en el Mediterráneo, una zona crucial para la energía, el comercio y la gestión de la migración. En el contexto de la crisis de Gaza, el gobierno defiende un papel activo de mediación, entablando un diálogo con todas las partes interesadas y demostrando un compromiso humanitario que ha convertido a Italia en la principal nación no musulmana en el envío de ayuda a la Franja. Un papel central similar se atribuye al Golfo, con la participación en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo en Bahréin y la reafirmación del principio de que quienes viven en Europa deben respetar sus leyes, tradiciones y costumbres.
IDENTIDAD, SEGURIDAD INTERIOR Y POLÍTICA MIGRATORIA
El discurso aborda explícitamente la cuestión de la identidad nacional y la lucha contra el fundamentalismo islámico, recordando la propuesta de ley para prohibir el velo integral. En cuanto a la migración, Meloni pide un cambio en el paradigma europeo: de las políticas de puertos abiertos a una estrategia basada en la defensa de las fronteras, las repatriaciones, los acuerdos con los países de origen y tránsito, la regulación de las ONG y los puntos calientes no comunitarios, incluido el protocolo Italia-Albania. Los resultados ya obtenidos, como la reducción de las llegadas irregulares y el aumento de las repatriaciones, se presentan como preludio de nuevas mejoras.
UNA EUROPA REALISTA Y NO IDEOLÓGICA
En conclusión, el Primer Ministro propone una Italia respetada e influyente en Europa, capaz de liderar una revisión crítica de las políticas de la UE, sobre todo en materia medioambiental e industrial. La defensa de las empresas frente a las derivas ideológicas del ecologismo radical y la construcción de mayorías alternativas en el Parlamento Europeo, junto con los Conservadores Europeos, completan una visión que rechaza una Europa burocrática y distante, reclamando en cambio una civilización viva, soberana y consciente de su misión histórica.