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Trump amplía la cuenta atrás de los aranceles: Tregua con la UE hasta el 9 de julio

Comercio y Economía - junio 3, 2025

Tras una llamada telefónica con von der Leyen, el presidente estadounidense concede más tiempo para negociar. Los mercados se recuperan, pero el acuerdo sigue siendo incierto

Una llamada telefónica entre Washington y Bruselas vuelve a poner en juego las negociaciones comerciales transatlánticas. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha aceptado ampliar hasta el 9 de julio el plazo para la imposición de nuevos aranceles de hasta el 50% a los productos de la Unión Europea. La que instó al aplazamiento fue la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que pidió más tiempo para “negociaciones serias”.

“Me llamó, me pidió el 9 de julio y le dije que sí”, confirmó Trump, subrayando el tono constructivo de la conversación. Un paso atrás -al menos temporal- que aleja la sombra de una guerra comercial entre dos gigantes económicos.

Von der Leyen comentó positivamente el intercambio con el líder estadounidense, calificándolo de “excelente” en un mensaje publicado en X (antes Twitter). “La Unión Europea está dispuesta a negociar con rapidez y decisión. Para alcanzar un buen acuerdo, es esencial disponer de más tiempo”, escribió, subrayando la urgencia de evitar aranceles que perjudicarían a ambos socios.

La portavoz de la Comisión, Paula Pinho, confirmó que la llamada telefónica marcaba un “impulso renovado” para las conversaciones. “Se trata de la mayor relación comercial del mundo”, dijo, recordando lo complejas que son las negociaciones en curso. Pinho añadió que el Comisario europeo Maroš Šefčovič habría tratado el asunto con el Secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, esta tarde, demostrando la voluntad de proceder inmediatamente.

A pesar del aplazamiento, persisten las señales ambiguas de la Casa Blanca. Hace sólo unos días, Trump había calificado a la UE de socio “difícil” con el que hacer negocios, quejándose de que sus propuestas “no estaban a la altura” de las de otros países como India y Vietnam. En una entrevista con Fox News, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, reveló la frustración de la administración: “Trump esperaba que la amenaza de aranceles pudiera conmover a Bruselas”, declaró, y añadió que la amenaza pretendía “encender un fuego” bajo los pies de los negociadores europeos.

Mientras tanto, la prórroga tuvo un efecto inmediato en los mercados. El precio del petróleo subió, animado por la reducción del riesgo de fricciones comerciales que podrían haber ralentizado la economía mundial y reducido la demanda de energía. Por el contrario, el oro perdió valor, señal clásica de que los inversores perciben un clima más relajado. Las principales bolsas europeas acogieron favorablemente la tregua: Fráncfort subió un 1,7%, seguida de Milán (+1,3%), París (+1,2%) y Madrid (+1,15%).

A pesar del aparente clima de apertura, el camino hacia un acuerdo comercial estable sigue siendo incierto. Los aranceles del 50% amenazados por Trump tendrían un impacto significativo en la economía europea, afectando a sectores clave como la industria del automóvil, la agroalimentación y los artículos de lujo. Hay mucho en juego, y el plazo hasta el 9 de julio podría resultar demasiado estrecho para superar unas diferencias que se arrastran desde hace años.

La Comisión Europea se muestra cautelosamente optimista. “Tenemos un equipo negociador muy preparado y listo para actuar”, dijo la portavoz Pinho, subrayando el compromiso de mantener abiertos los canales diplomáticos y de construir un acuerdo basado en el beneficio mutuo. Sin embargo, sigue estando claro que la última palabra la tendrán los líderes políticos y sus respectivas agendas internacionales.

El contexto internacional añade más presión. Con otras mesas abiertas -desde la India hasta algunos países asiáticos-, Trump podría intentar utilizar los aranceles como palanca para obtener concesiones rápidas, aprovechando también la debilidad interna de la UE, que lidia con divisiones políticas y crisis energéticas.

La próxima fecha crucial será el 9 de julio. Hasta entonces, Bruselas y Washington intentarán encontrar una síntesis que evite un nuevo choque arancelario. La diplomacia ha vuelto al campo, pero aún queda todo por jugar.

 

Alessandro Fiorentino