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Acuerdo Económico EEUU-UE: ¿Compromiso o concesión?

Mundo - julio 29, 2025

La Unión Europea y Estados Unidos tienen un mercado combinado de más de 800 millones de ciudadanos y representan casi el 44% del PIB mundial. El reciente acuerdo comercial entre la UE y EEUU es quizás el mayor acuerdo comercial jamás celebrado a escala mundial. Detrás de las declaraciones de varios políticos que consideran el reciente acuerdo comercial un gran éxito, hay una realidad difícil de digerir. La realidad de que los países de la Unión Europea, y de hecho todo el continente europeo, han perdido económicamente la batalla contra EEUU. Por otra parte, además de las concesiones arancelarias, la UE también ha firmado concesiones en materia de política climática. ¿Cómo, te preguntarás? Pues bien, la UE se ha comprometido mediante este acuerdo a convertirse en un comprador garantizado de los caros combustibles fósiles que produce EEUU (un petro-gasostato) al que le importa un bledo actuar sobre lo que podemos llamar el mayor desafío de la humanidad: el desastre climático global, que, como puede verse, está creando grandes problemas en todo el mundo a través de miles de desastres naturales causados principalmente por el calentamiento global. Por otra parte, la UE, que está desarrollando una relación comercial cada vez más antagónica con China (una de las mayores potencias económicas del mundo), ha aceptado, mediante el acuerdo firmado, quedar reducida a la condición de pagadora de un arancel protector en relación con EEUU. Si miramos con realismo, la sociedad europea pagará tarde o temprano el coste de este acuerdo.

Donald Trump, victoria histórica en la guerra arancelaria

Los analistas económicos creen que con el acuerdo comercial recientemente concluido entre EEUU y la UE, el presidente Donald Trump se ha anotado una importante victoria en la balanza comercial transatlántica. A partir del 1 de agosto, la UE permitirá que la mayoría de los productos estadounidenses entren en el mercado europeo libres de aranceles, mientras que las exportaciones de productos europeos al mercado estadounidense estarán gravadas con un 15%. La UE también se compromete a comprar energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares (250.000 millones al año) y a invertir 600.000 millones en EEUU en los próximos tres años. En cuanto a la industria armamentística, es una triste noticia para Francia y Alemania, que esperaban, con el aumento de los recursos financieros destinados a defensa, poder recurrir a sus propias industrias para fabricar armas. La UE comprará tecnología militar producida en EEUU, lo que creará malestar en las economías de ambos países. Por otra parte, la soberanía energética de la UE tiende a verse socavada por las políticas del programa Green Deal y la sustitución del gas y el petróleo rusos por gas licuado y petróleo de EEUU, mucho más caros. En el caso del transporte de estos productos a través del Atlántico, no tiene sentido cuestionar la contaminación creada por los barcos que traerán estos productos a Europa.

Otra pregunta en boca de los expertos económicos tras el acuerdo comercial entre EEUU y la UE: ¿está Europa abandonando su soberanía tecnológica? Para los semiconductores estadounidenses, los derechos de aduana serán cero, los CIP producidos en EEUU para las gigafactorías de inteligencia artificial no estarán sujetos a impuestos, lo que hará que los fabricantes europeos sean menos competitivos frente a las empresas estadounidenses y que Europa se sumerja en una dependencia tecnológica de EEUU. Otro sector económico que se verá duramente afectado es la industria automovilística. Los coches producidos en Europa serán un 15% más caros en EEUU, lo que sin duda enterrará el sector automovilístico europeo. El impuesto del 50% que los estadounidenses aplicarán a los productos de acero y aluminio estrangulará a todo el segmento metalúrgico europeo y, en cuanto a la industria farmacéutica, nadie puede decir exactamente cuál será el impacto económico. La triste realidad es que el comercio UE-EEUU eliminará muchas empresas europeas y profundizará la dependencia de los intereses corporativos norteamericanos, mientras se desmantela estratégicamente toda la industria europea.

Antes de las nuevas medidas económicas anunciadas a principios de este año, el arancel medio sobre los productos europeos importados en EEUU era sólo ≈ 1,47%, mientras que la media europea sobre los productos estadounidenses era ≈ 1,35%. El acuerdo entre EEUU y la UE es, por tanto, una solución de compromiso en un momento tenso de las relaciones económicas transatlánticas. Aunque la evitación de aranceles del 30% se considera una victoria histórica, queda por evaluar el impacto a largo plazo en las economías europeas, especialmente en las industrias orientadas a la exportación. Ursula von der Leyen subrayó que «el acuerdo ofrece estabilidad en un momento de incertidumbre», pero queda por ver hasta qué punto será percibido como justo por todos los Estados miembros de la UE.

Advertencia de EE.UU.: ningún aplazamiento después del 1 de agosto

El Secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, anunció, días antes de la firma del acuerdo entre EEUU y la UE, que la suspensión de aranceles establecida por la administración dirigida por Donald Trump no se prorrogará más allá del 1 de agosto. El anuncio se hizo antes de las negociaciones transatlánticas entre EEUU y la Unión Europea en Escocia. Si esas negociaciones no hubieran conducido a un acuerdo, Washington se replanteaba imponer aranceles del 30% a los productos europeos importados en EEUU. La política comercial del presidente Trump (desde que asumió su segundo mandato en enero) puede definirse por el uso de los aranceles como principal herramienta de presión negociadora, y la proximidad de la fecha límite del 1 de agosto ha llevado las negociaciones a un momento crucial. Con este telón de fondo, el presidente estadounidense y el presidente de la Comisión Europea debatieron sobre lo que está en juego para reducir los aranceles y evitar una escalada comercial en el complejo de golf propiedad de Donald Trump en Turnberry, Escocia. Como telón de fondo de estas conversaciones, el presidente estadounidense anunció que ambas partes (EEUU y la UE) habían llegado a un acuerdo provisional para que el arancel sobre los productos europeos importados en EEUU fuera del 15%, en lugar del 30% anunciado anteriormente. Donald Trump describió el acuerdo como «mutuamente beneficioso», mientras que Ursula von der Leyen dijo que representaba «el mejor resultado posible» dadas las circunstancias.

Reacciones de los líderes de la UE: de la aquiescencia a la indignación

El canciller alemán Friedrich Merz acogió con satisfacción el acuerdo como una forma de evitar un conflicto comercial, pero expresó su preocupación por el impacto en la industria automovilística. La reducción de los aranceles del 27,5% al 15% aporta una claridad muy necesaria, pero los costes siguen siendo elevados. Los márgenes de beneficio podrían aumentar en torno a un 10%, mientras que se espera que los resultados de explotación caigan entre un 10% y un 15% en comparación con el año anterior. En Francia, las figuras de la oposición se mostraron muy críticas tras el anuncio del acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE: Marine Le Pen calificó el acuerdo de «capitulación» política y económica, y Jean-Luc Mélenchon lo acusó de ceder la soberanía francesa. El eurodiputado socialista Pierre Jouvet comparó el acuerdo con un acto de «vasalización» económica. Se acogió con satisfacción la prevención de una guerra comercial, pero se esperan algunas aclaraciones más antes de emitir un juicio definitivo.

En un análisis político-económico, (según la cuota de exportaciones nacionales a EEUU en 2023 de Eurostat) los países de la UE más expuestos a las exportaciones a EEUU son Irlanda, Finlandia, Italia y Alemania. Francia y España tienen cuotas mucho menores (por debajo del 5%), y Holanda ~4,7%. Irlanda, con alrededor del 26,6%, es con diferencia el más dependiente, debido a que las exportaciones farmacéuticas y tecnológicas son las más expuestas a los nuevos aranceles.

Los sectores más afectados son principalmente los de automoción y transporte, equipos electrónicos e industriales, productos químicos y farmacéuticos. Empresas como Volkswagen, Porsche, BMW, Mercedes han sufrido enormes costes debido a aranceles de hasta el 27,5%. La reducción al 15% tiene un impacto relativamente positivo, pero aún significativo. Porsche declaró unos costes de 1.400 millones de dólares sólo en el trimestre anterior, GM y Stellantis – 1.100 y 350 millones de dólares respectivamente. Aunque las exportaciones farmacéuticas son importantes (22-23% del total de las exportaciones de la UE a EEUU), parecen estar excluidas de ciertas cláusulas arancelarias. Sin embargo, la industria química critica el nivel arancelario del 15% por considerarlo excesivo. Francia y España tienen una exposición relativamente modesta a EEUU, y las multinacionales de nivel mundial hacen que el arancel del 15% sea soportable en estos dos países. Hay que recordar que el sector servicios está compensando parte de las pérdidas, ya que el déficit de servicios de la UE con EE.UU. en 2023 rondaba los 109.000 millones de euros. En cuanto al impacto macroeconómico en Europa, el crecimiento del PIB puede caer entre un 0,3% y un 0,4%, pero Alemania lo contrarresta con estímulos fiscales e industriales. Al mismo tiempo, los bancos centrales (BCE) mantuvieron sin cambios los tipos de interés debido a las incertidumbres arancelarias y aplazaron hasta otoño posibles recortes de los tipos de interés. En el lado occidental del Atlántico, las exportaciones estadounidenses a la UE habrían caído entre un 8% y un 66% en ausencia del reciente acuerdo. Frente a un modesto descenso del 0,6-1,1% de las exportaciones europeas a EEUU, el impacto global habría sido más grave para la economía estadounidense.

En conclusión, podemos decir que la UE ha aceptado firmar un acuerdo de compromiso. El arancel del 15% sobre las mercancías de la UE representa una reducción de la amenaza inicial (del 30%), pero sigue planteando costes significativos, en particular para los sectores automovilístico, químico y metalúrgico. Si nos fijamos en la balanza comercial, vemos un déficit sustancial de EEUU con la UE en 2024 (unos 236.000 millones de dólares), con la UE exportando valores significativos en productos farmacéuticos, automóviles, maquinaria y electrónica.