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La UE va camino de alcanzar los objetivos de emisiones para 2030, pero el objetivo para 2040 suscita debate

Medio ambiente - mayo 30, 2025

A pesar de la disminución de la atención medioambiental en varios Estados miembros, la Comisión Europea confirma los avances hacia los objetivos climáticos de 2030. Este verano se espera un objetivo más ambicioso para 2040, que ya está suscitando polémica.

En un momento en que las prioridades medioambientales parecen desvanecerse en algunas partes de la Unión Europea, la Comisión Europea ha lanzado una nota de cauto optimismo: el bloque está en vías de cumplir colectivamente sus objetivos de reducción de emisiones para 2030. El anuncio se produjo el miércoles 28 de mayo, mientras el ejecutivo de la UE se prepara para desvelar un nuevo objetivo climático para 2040 a finales de este verano.

Según la última evaluación de la Comisión, la UE está en vías de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en aproximadamente un 54% para 2030, en comparación con los niveles de 1990, siempre que los Estados miembros apliquen plenamente las medidas climáticas nacionales y comunitarias existentes y previstas. El actual objetivo jurídicamente vinculante, fijado por la legislación que entró en vigor en 2021, es una reducción del 55% de las emisiones para 2030, con el objetivo a largo plazo de alcanzar la neutralidad climática para 2050. “La evaluación de la Comisión Europea muestra que la Unión Europea está actualmente en el buen camino para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en torno a un 54% para 2030, en relación con los niveles de 1990”, declaró la Comisión. “Este progreso depende de la plena aplicación de las políticas nacionales y de los reglamentos de la UE, tanto actuales como futuros”.

En un comunicado de prensa emitido desde Bruselas, la Comisión elogió a los Estados miembros por su determinación política en la lucha contra el cambio climático. El documento destacaba los esfuerzos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados, mejorar la resistencia y la seguridad de las infraestructuras energéticas y acelerar la integración del mercado interior de la energía. También subrayó los esfuerzos en curso para apoyar a las comunidades vulnerables mediante la inversión y el desarrollo de capacidades. En declaraciones a la prensa esta mañana, el Comisario de Acción por el Clima y Crecimiento Ecológico de la UE, Wopke Hoekstra, destacó los logros conseguidos hasta la fecha: “La Unión Europea ya ha reducido las emisiones un 37% desde 1990, incluido un descenso del 8% sólo en 2023. Estamos bien encaminados para continuar por esta senda”.

Hoekstra también destacó el papel del Fondo Social para el Clima, destinado a apoyar a los hogares con bajos ingresos y a las pequeñas y medianas empresas (PYME), sobre todo en los sectores de la construcción y el transporte. “Este fondo ofrecerá ayuda específica para garantizar que la transición verde no deja a nadie atrás”, añadió. Aunque el objetivo de 2030 parece ahora alcanzable, la incertidumbre rodea al siguiente hito climático de la UE: el objetivo de 2040. Hasta ahora, la Comisión se ha mantenido hermética sobre los detalles, reconociendo lo delicado de la cuestión. Preguntada recientemente por el calendario, la portavoz de la Comisión Anna-Kaisa Itkonen confirmó que se presentaría una propuesta formal “antes del verano”.

También señaló que la idea de una reducción del 90% de las emisiones para 2040, en comparación con los niveles de 1990, “es una base para el debate”. Se están manteniendo conversaciones con los gobiernos nacionales y las empresas para determinar lo que es necesario desde el punto de vista medioambiental y viable desde el punto de vista económico. La perspectiva de un objetivo de reducción del 90% ya ha suscitado un intenso debate. Los grupos ecologistas lo consideran la ambición mínima aceptable para mantenerse dentro de los límites del Acuerdo de París. Muchos grupos industriales, sin embargo, advierten de que un objetivo tan elevado podría poner en peligro la competitividad, sobre todo en los sectores que consumen mucha energía.

Conseguir una reducción del 90% exigiría una aceleración espectacular de los esfuerzos de descarbonización en toda Europa. Los expertos sugieren que sólo una combinación de electrificación agresiva, despliegue masivo de energías renovables, profundas mejoras de la eficiencia y adopción generalizada de tecnologías de captura de carbono podría hacerlo factible en 15 años. Además, el contexto geopolítico ha complicado aún más el panorama. La crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania puso de manifiesto las vulnerabilidades de la cadena de suministro energético de Europa, impulsando un cambio urgente hacia la independencia y la diversificación energéticas. Ahora, la transición climática no sólo tiene que ver con las emisiones, sino también con la seguridad energética, la estabilidad económica y la autonomía estratégica.

A medida que la Comisión ultime su propuesta para el objetivo de 2040, el equilibrio entre ambición y pragmatismo será crucial. Un enfoque demasiado radical corre el riesgo de alienar a las principales partes interesadas y socavar el apoyo al Green Deal más amplio. Pero una falta de ambición podría cuestionar la credibilidad de la UE como líder climático mundial. Lo que está claro es que las próximas semanas serán cruciales. Con el hito de 2030 casi al alcance de la mano, la atención se centra en dar forma a una agenda posterior a 2030 que sea a la vez transformadora e integradora. El próximo capítulo de la estrategia climática europea está a punto de escribirse, y el mundo estará atento.

 

Alessandro Fiorentino