Menos de dos años después de asumir el cargo, Javier Milei ha llevado a su coalición libertaria La Libertad Avanza (LLA) a la victoria en las elecciones de mitad de mandato de Argentina, la votación legislativa del 26 de octubre que renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Con aproximadamente
¿Qué tipo de elecciones son éstas?
Las «elecciones de mitad de mandato» en Argentina son elecciones legislativas que se celebran a mitad del mandato presidencial: cada dos años, los votantes eligen 127 de los 257 escaños de la Cámara de Diputados y 24 de los 72 escaños del Senado. El presidente no está en la papeleta, pero el resultado mide la fuerza del gobierno en el Congreso y su capacidad para impulsar (o bloquear) reformas. Esta vez, el LLA y sus aliados mejoraron significativamente su posición en la Cámara Baja, acercándose (y, según varios medios, alcanzando o superando ligeramente) el umbral de un tercio de los diputados, un número crucial que les permite dar forma al proceso legislativo y blindar los decretos presidenciales, aunque aún no alcanzan el quórum necesario para aprobar reformas estructurales por sí solas.
Las cifras principales
Según las proyecciones y los resultados publicados durante la noche, LLA superó el 40% de los votos, y el peronismo algo por encima del 31%. La victoria es políticamente clara, pero no otorga a Milei el control total del Congreso: para aprobar paquetes legislativos más pesados, el gobierno aún necesitará
El mapa electoral
El mapa muestra que el apoyo a Milei se consolida en gran parte del interior, con fuertes resultados en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos, y un rendimiento general mejor que en las últimas elecciones locales, en las que el peronismo obtuvo victorias municipales. En algunas provincias LLA lideró claramente el recuento; en otras se convirtió en una segunda fuerza competitiva, disputando distritos clave. El panorama confirma una división territorial: El peronismo conserva bastiones en partes del Norte y en segmentos urbanos concretos, pero LLA avanza en muchas zonas productivas y orientadas a la exportación.
Por qué ganó Milei
1) Un efecto «referéndum» sobre el programa económico. Los votantes consideraron las elecciones como un juicio sobre los dos primeros años del gobierno, marcados por los recortes del gasto («motosierra»), la desregulación y la revisión de las subvenciones. A pesar del duro contexto social, una parte del electorado premió
2) Fatiga y fragmentación peronista. Las divisiones internas, la erosión del liderazgo y el desgaste de años de alta inflación minaron la capacidad del peronismo para presentar una alternativa creíble a escala nacional. Allí donde los gobernadores conservaron máquinas locales eficientes, los resultados fueron menos negativos; en otros lugares, el LLA aprovechó la apertura.
3) Una coalición ampliada y la coordinación con los aliados. La capacidad de tejer acuerdos tácticos con el centro-derecha y las listas provinciales amplió el alcance del gobierno en distritos decisivos, especialmente en la Cámara. Este «paraguas» ayudó al LLA a convertir el apoyo disperso en escaños.
4) Agenda de seguridad y anticasta. El marco antiélite y las posturas de línea dura sobre la ley y el orden y los privilegios políticos siguieron movilizando a los votantes antisistema, atrayendo a una franja de votantes masculinos más jóvenes, normalmente más fluidos y receptivos a los mensajes de ruptura.
5) Señalización internacional y confianza de los inversores. Las reacciones favorables del mercado y el respaldo político explícito de los interlocutores extranjeros reforzaron la narrativa de que un país volvería a ser invertible si consolidaba su senda de reformas, ofreciendo a algunos votantes la idea de una «recompensa» por la estabilidad.
Qué cambia ahora en el Congreso
El nuevo equilibrio da a Milei más capacidad de negociación, pero no autosuficiencia. Con
Las incógnitas
Queda por ver cuánto tiempo se mantendrá el consentimiento social en medio de sacrificios prolongados, y si la oposición puede reorganizarse bajo un nuevo liderazgo. La baja participación apunta a una