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Europa endurece las normas sobre Comprar Ahora, Pagar Después: Qué significa la reforma de 2026 para los consumidores y las plataformas

Comercio y Economía - noviembre 22, 2025

Un mercado en auge se enfrenta a un importante cambio normativo a medida que la UE introduce normas de transparencia más estrictas, controles de solvencia y obligaciones uniformes para los proveedores de pagos a plazos.

Comprar ahora, pagar después (BNPL) se ha convertido rápidamente en un rasgo familiar de los hábitos de consumo en Italia, reflejando las tendencias observadas en gran parte de Europa. Lo que empezó como una opción de nicho utilizada principalmente por compradores expertos en compras digitales, se ha convertido en un método de pago generalizado adoptado por varias generaciones. El atractivo es evidente: aprobación rápida, sin intereses y la posibilidad de dividir las compras pequeñas en plazos manejables. Sin embargo, el panorama está a punto de cambiar significativamente. Una nueva directiva de la UE -que se adoptará el 20 de noviembre de este año y entrará en vigor el 20 de noviembre de 2026- introducirá un marco normativo más riguroso que modificará tanto la protección de los consumidores como las responsabilidades de los proveedores.

Una línea normativa más estricta

El núcleo de la reforma es una redefinición de lo que se considera BNPL frente al crédito al consumo. Actualmente, la línea está trazada a 90 días: los planes de pago a plazos inferiores a este umbral se tratan como BNPL, mientras que los planes más largos se rigen por las normas del crédito al consumo. Con la nueva directiva, sin embargo, este límite se reducirá drásticamente: 50 días para las compras en tienda y sólo 14 días para las transacciones por Internet.

Este cambio tiene consecuencias inmediatas. Plataformas como Klarna, Scalapay y PayPal, que suelen ofrecer plazos de reembolso de 60 días, tendrán que cumplir la normativa sobre créditos al consumo. Esto incluye información precontractual detallada y evaluaciones obligatorias de la capacidad de reembolso del cliente. En otras palabras, los proveedores de BNPL pronto estarán sujetos a obligaciones similares a las impuestas tradicionalmente a bancos e instituciones financieras.

Reforzar las protecciones, ¿pero a qué precio?

Las nuevas normas pretenden aumentar la transparencia y reducir el riesgo de que los consumidores asuman deudas que no pueden gestionar. Aunque esto mejora las protecciones, también obliga a las empresas de BNPL a revisar los procesos internos, reforzar los controles de solvencia y estandarizar la información en todas las ofertas. La preocupación es que estos mayores costes de cumplimiento puedan repercutirse en última instancia en los consumidores, erosionando la ventaja del interés cero que ha impulsado el éxito de la BNPL.

El momento es crítico. El mercado de BNPL en Italia ha crecido a una velocidad vertiginosa: según un estudio del Politécnico de Milán, el volumen de transacciones pasó de 400 millones de euros en 2020 a 6.800 millones de euros en 2024. El crecimiento continúa también en 2025, y Crif informa de un aumento del 28% en el primer semestre del año. Esta expansión refleja no sólo un mayor uso, sino también una base demográfica cada vez más amplia. Los consumidores de más edad, que antes recelaban de las finanzas digitales, se han unido a las generaciones más jóvenes para adoptar la BNPL. Especialmente notable es el aumento de usuarios sin historial crediticio previo, que ahora representan alrededor del 17% de los clientes de BNPL, casi el doble de la cuota observada en los pequeños préstamos tradicionales.

Las plataformas se adaptan: Plazos más largos y modelos híbridos

Para prepararse para el nuevo panorama normativo -y seguir siendo competitivos-, los principales proveedores de BNPL ya están ajustando sus estrategias. PayPal ha introducido planes de pago a plazos de hasta 24 meses, con tipos de interés que varían según la duración del plazo. Klarna ofrece ahora opciones a seis y doce meses vinculadas al importe de la compra. Scalapay, con el apoyo de su asociación con Deutsche Bank, ofrece planes de hasta 36 meses, a veces sin intereses y a veces regidos por acuerdos negociados directamente con los comerciantes. Estos avances señalan un cambio gradual hacia modelos híbridos que se parecen cada vez más a la financiación convencional.

Las alternativas tradicionales se mantienen

A pesar del auge del BNPL, las herramientas de financiación tradicionales siguen firmemente en vigor. En las grandes cadenas minoristas, los préstamos a interés cero siguen utilizándose ampliamente para las compras de gran valor, ofreciendo a los consumidores plazos de devolución predecibles sin costes adicionales. Otras soluciones hacen hincapié en la sencillez y la accesibilidad: PagoDil, desarrollado por Cofidis, permite a los clientes fraccionar los pagos de hasta 5.000 euros en cuotas mensuales sin comisiones añadidas, mediante un proceso de aprobación simplificado basado en la verificación inmediata de documentos. Del mismo modo, Agos ofrece la tarjeta Agospay Zero, que permite fraccionar los gastos superiores a 500 € en diez mensualidades sin intereses, aparte de una pequeña comisión de gestión.

Comprender los riesgos

Incluso con una normativa más estricta en el horizonte, el mayor riesgo asociado a la BNPL reside en el comportamiento de los usuarios. Muchos consumidores perciben la BNPL como una forma «ligera» de crédito, olvidando que múltiples pequeños compromisos pueden acumularse rápidamente. Esto es especialmente cierto en el caso de los usuarios más jóvenes, que pueden activar varios planes de pago a plazos sin tener una idea clara de su deuda total pendiente. Las propias empresas de BNPL reconocen cada vez más este problema: la superposición incontrolada de planes de pago a plazos puede llevar a una creciente exposición financiera.

El objetivo de la próxima directiva de la UE es prevenir estas situaciones garantizando que tanto los proveedores como los consumidores tengan una comprensión más clara de las obligaciones de pago. La intervención temprana -ya sea mediante la revisión del presupuesto, la revisión de las condiciones de pago o el apoyo de los proveedores de servicios- será esencial cuando las cuotas empiecen a pesar sobre las finanzas del hogar.

A medida que se acerca 2026, el ecosistema europeo de BNPL se prepara para una transformación. Es probable que el mercado siga siendo vibrante, pero su próxima fase exigirá una mayor responsabilidad, transparencia y concienciación tanto de las empresas que le dan forma como de los consumidores que confían en él.

 

Alessandro Fiorentino