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Tecnologías espaciales para la defensa: Europa acelera hacia la autonomía estratégica

Ciencia y Tecnología - mayo 22, 2025

Con el plan Preparación 2030 y el Programa Espacial de la UE, Bruselas se centra en la innovación, la seguridad y la competitividad para consolidar su papel en el ámbito orbital

El espacio ya no es sólo la frontera de la exploración científica: se ha convertido en un frente estratégico crucial para la defensa europea. Con el plan Preparación 2030 y el Programa Espacial de la Unión Europea, Bruselas ha iniciado una transformación sistémica que combina innovación tecnológica, seguridad y soberanía industrial, en un intento de reforzar su autonomía en un contexto geopolítico cada vez más inestable. El Reglamento (UE) 2021/696, que rige el Programa Espacial 2021-2027, representa la base normativa de esta ambiciosa estrategia. Con un presupuesto de 13.500 millones de euros, el programa integra plataformas clave como Galileo, Copérnico y GOVSATCOM, en sinergia con el Fondo Europeo de Defensa (FED) y el plan Readiness 2030, que prevé inversiones de hasta 800.000 millones de euros en los próximos años.

Tecnologías clave para la seguridad y la defensa

En el corazón de esta arquitectura tecnológica está Galileo, el sistema europeo de navegación global por satélite, esencial para las operaciones civiles y militares gracias a su gran precisión. Copernicus, por su parte, ofrece una capacidad avanzada de observación de la Tierra para la vigilancia medioambiental y la gestión de crisis. También es fundamental GOVSATCOM, que, a través del proyecto IRIS² (previsto entre 2025 y 2027), pretende construir una constelación multiorbital para comunicaciones seguras, que garantice independencia y seguridad a las infraestructuras gubernamentales europeas. Estos programas se complementan con sistemas nacionales y asociaciones industriales. El sistema SICRAL, por ejemplo, destinado a garantizar la seguridad de las comunicaciones militares, verá completado el módulo SICRAL-3 en 2026. Empresas como Airbus y MBDA ya participan en el desarrollo de plataformas avanzadas de defensa aérea y comunicaciones por satélite, mientras que en Italia destacan Leonardo y Telespazio con proyectos de doble uso de alto valor estratégico.

Tecnologías emergentes y de doble uso

El panorama tecnológico evoluciona rápidamente con la introducción de la informática cuántica y la fabricación aditiva. La primera, con una financiación europea prevista de más de 1.000 millones de euros, promete una revolución en la criptografía y la gestión de las redes de satélites. La segunda permite fabricar componentes ligeros y muy resistentes, reduciendo tiempos y costes. Las tecnologías de doble uso -es decir, aplicables tanto en el ámbito civil como en el militar- están en el centro de la estrategia europea. Los datos de Copernicus se utilizan para la vigilancia de fronteras, mientras que GOVSATCOM puede servir para misiones humanitarias u operaciones militares. El fondo CASSINI, dotado con 1.000 millones de euros, ya ha movilizado 175 millones para atraer capital privado y apoyar a las empresas emergentes del sector espacial.

Ventajas operativas y cuestiones críticas

La integración de estos sistemas permite importantes ventajas operativas. Galileo apoya la navegación de las fuerzas de la OTAN, Copérnico ofrece datos esenciales para la planificación militar y el sistema COSMO-SkyMed, utilizado por la Marina italiana, garantiza una vigilancia constante del Mediterráneo. Sin embargo, sigue habiendo problemas críticos: las infraestructuras espaciales están expuestas a riesgos cibernéticos y a colisiones con desechos orbitales. La UE ha puesto en marcha el programa Conocimiento de la Situación Espacial (SSA), pero sigue habiendo un déficit de inversión en comparación con Estados Unidos, que en 2023 gastará 60.000 millones en investigación espacial frente a los 23.400 millones europeos.

Ciberseguridad y regulación

La ciberseguridad es una prioridad creciente. Los ejercicios de la OTAN han demostrado la vulnerabilidad de los satélites a los ciberataques. En respuesta, el Reglamento (UE) 2021/696 promueve la resiliencia mediante criptografía avanzada y redes seguras. Italia, en particular, está llamada a desarrollar competencias especializadas para defender activos estratégicos como COSMO-SkyMed y SICRAL. El marco regulador también se está ampliando. La nueva Ley de Inteligencia Artificial 2024 regula el uso de la inteligencia artificial en los sistemas espaciales, mientras que el Libro Blanco sobre la Defensa Europea abre el camino a la creación de un mercado único de defensa. Reglamentos como el (UE) 2023/2411 sobre la seguridad de las cadenas de suministro industrial pretenden reducir la dependencia de componentes no europeos, mientras que el Reglamento (UE) 2021/821 impone controles estrictos a la exportación de tecnologías sensibles.

El escenario para 2030

De cara al futuro, el objetivo de la UE es claro: acceso autónomo al espacio, redes de satélites independientes y liderazgo tecnológico. Proyectos como IRIS², el refuerzo de los lanzadores europeos y las alianzas con la OTAN y las Naciones Unidas apuntan a una trayectoria clara. Europa pretende no sólo proteger sus intereses orbitales, sino también convertirse en un actor mundial creíble en un ámbito destinado a convertirse en el corazón de las competiciones estratégicas del siglo XXI.

 

Alessandro Fiorentino